«El toreo tiene sentido en una plaza con gente. Ahora no nos queda otra que esperar»
Diego Urdiales | Torero ·
El diestro arnedano vive el confinamiento con sus rutinas de entrenamiento y en contacto con el traje de luces, aun sabiendo que «vamos a ser los últimos en volver a la normalidad»JESÚS RUBIO
arnedo.
Martes, 21 de abril 2020, 20:42
El pasado mes de marzo debería haber comenzado en Arnedo la temporada, pero una semana antes fue cuando el Gobierno aprobó el cese de toda la actividad. Se comenzaron a quebrantar entonces las ilusiones de los aficionados tras un frío invierno de vacío taurino. Hoy, la esperanza de volver a un tendido en el 2020 se va diluyendo a medida que conocemos nuevas prórrogas del estado de alarma y la suspensión escalonada de las ferias, como la de Sevilla, en la que también estaba anunciado Urdiales.
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Diego está pasando el confinamiento en su piso de la ciudad del calzado, junto a su mujer y su hija, consciente de que de esta situación «no se va a librar nadie». En un reducido espacio sigue sus rutinas diarias de entrenamiento, porque dice que, aunque no tiene una fecha a la vista, su principal objetivo es «torear mejor cada día». Así pasa las horas. Y los días.
EL CONFINAMIENTO«Los toreros llevamos ventaja porque nos hemos tenido que poner al límite en muchas ocasiones»E
EL CONFINAMIENTO
«Deseo que esto nos cambie. Vivimos en una sociedad con una falta de unidad y valores tremenda»
EL FUTURO
–Llevamos más de un mes confinados, ¿cómo lo lleva?
–De momento, bien. Intento hacer todos mis entrenamientos y sobre todo seguir en contacto con los trastos de torear y el vestido de luces, que lo tengo a mano en casa para ponérmelo cuando me apetece sentir esa otra piel. Y moralmente me encuentro fuerte, entendiendo que es una situación muy complicada. Tenemos que ser responsables todos para que, sobre todo, la saturación de los hospitales baje lo antes posible. Desgraciadamente está habiendo muchas muertes y es una situación bastante dolorosa, por la cantidad y por la forma en la que todas esas vidas se están yendo. No me quiero ni imaginar lo que tiene que ser morirse solo, sin tus seres queridos.
–¿Siente vértigo?
–Lo sentí al principio, porque te enfrentas a algo que cambia radicalmente tu vida. La sensación fue muy extraña y ansiosa. Ahora, al ver cómo se está desarrollado la enfermedad te vas relajando y te vas dando cuenta de que lo fundamental es la vida de las personas, luego ya veremos cómo afrontamos lo demás.
–¿Ha tenido que reestructurar sus entrenamientos?
–Quitando los maravillosos paseos que daba cada mañana al aire libre, que mentalmente me venían muy bien, lo demás lo hago todo, aunque con la dificultad de entrenar en un espacio más pequeño. A diario hago bicicleta estática, ejercicios de estiramientos y toreo de salón. Creo que, en determinados casos, como se está haciendo en otros países, se debería permitir entrenar fuera de casa. ¿A quién voy a contagiar yo si estoy entrenando solo al aire libre en mi finca?
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–El toreo requiere de una gran fortaleza mental. ¿Su profesión le está ayudando a controlar las emociones?
–El toreo me ha ayudado mucho a que este confinamiento sea más agradable. En este aspecto, los toreros llevamos ventaja. No es que hayamos vivido una situación similar, pero sí otras muchas en las que nos hemos tenido que poner al limite. Ante una dosis elevada de sacrificio, nuestro cerebro está más preparado para afrontar esas situaciones.
–¿Cree que la sociedad es consciente de todo lo que está ocurriendo?
–Creo que no lo somos. Nos daremos cuenta después, en el día a día. El después del confinamiento va a ser lo realmente duro.
–Como sociedad, esta crisis nos está cambiando. ¿Qué lección cree que aprenderemos?
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–Eso deseo, que nos cambie. Y mucho. Últimamente tenía la sensación de vivir en una sociedad con una falta de unidad y valores tremenda. Por eso, tengo la esperanza de que cambien muchas cosas, aunque el ser humano no tropieza dos veces en la misma piedra, sino treinta.
–Se habla de aplazar ferias, aunque los expertos del Gobierno dejan entrever que el ocio no retomará su actividad hasta final de año. ¿Ve factible aplazar ferias?
–Sí, por supuesto. Pero habría que reestructurar las ferias y ver lo que se puede dar y lo que no. No es tan fácil llevarlo a cabo. Si se pueden organizar festejos se darán las ferias que corresponden a esas fechas.
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–¿Tendría sentido un festejo a puerta cerrada y televisado?
–El toreo tiene sentido en una plaza con gente. Ahora mismo no nos queda otra que esperar. Vamos a ser los últimos en volver a la normalidad.
–¿Cree que la tauromaquia se tiene que reinventar para hacer frente a esta situación?
–El toreo tiene la suficiente fuerza sí se cuida la esencia. La clave está en respetarla. Cuando se ponga en valor lo que realmente tiene valor, funcionará todo. Veremos a ver si somos capaces de que no se vuelvan a cometer los errores que se hayan podido cometer en ese maltrato a la esencia y todos miremos por el bien del toreo.
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–El sector taurino vuelve a volcarse para ayudar a los más vulnerables. Forma parte de una campaña solidaria bajo el eslogan #EchaUncapote.
–Ahora toca ayudar a la gente en este momento triste y duro. Y la mejor manera de hacerlo es uniéndonos y que el mundo sepa que estamos ahí como siempre lo hemos estado. El toreo ha sido muy solidario a lo largo de la historia. Queremos echar un capote al banco de alimentos que ya ha anunciado que va a pasar una situación crítica. La familia taurina hemos decidido estar ahí y ayudar en todo lo que podamos.
–Y todo sin mirar a quién se ayuda. Son varios los desplantes que habéis recibido.
–Cuando las cosas se hacen con el corazón no se pregunta a quién va destinada la ayuda. Es un ejemplo más que da el toreo a esta falta de unidad, de valores y de libertad que hay en el país. En la gran mayoría de las ocasiones, el nivel político que tenemos es evidente. Los políticos deberían estar más preocupados por el pueblo y menos de ellos mismos y de sus intereses. Espero que por el bien de todos vayamos a una como país. Me crean muchas dudas y poca confianza.
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