Ezcaray, entre 'España cañí' y 'Always into it'

La respuesta ha sido proporcional a la expectación suscitada: grande. La plaza de La Verdura se llenó de un público que, bajo el caluroso sol que caía a plomo sobre los músicos, tamizado por zonas con las sombras que proyectaban los árboles y edificios de este coqueto enclave, con vermú o sin él, en terrazas o de pie, no quitaba ojo ni oídos a la actuación que selló el evento musical erigido sobre la memoria del crítico musical danés y fiel enamorado de la villa, Ebbe Traberg (1932-1996).

El público disfrutó mucho de la actuación. Se divirtió, sobre todo, con un repertorio que, sobre todo en lo que respecta a la parte española, estaba pensado para eso. Para muestra, tres botones: además de la ya referida 'Paquito El Chocolatero', esa canción que tantas cinturas ha roto en nuestra Piel de Toro y que el batería y conductor del concierto, Martin Andersen,pidió que alguien le contara la historia, «después del vermú», también se pudo escuchar 'España cañí' y 'Mi gran noche', de Raphael.

Ya se sabe que el Jazz tiene mucho de improvisación y para eso estaban allí los chicos de Universal Language Quartel que, con su dominio magistral de los instrumentos, se fueron de vez en cuando por los cerros de Úbeda, musicalmente hablando, adornando y dando otros matices a las melodías, seguidos muy atentamente por los músicos de Ezcaray, que hace unos años hicieron algo parecido con Pierre Dorge & New Jungle Orchestra.

Además de las tres citadas, también se interpretó la muy conocida, 'Hello Dolly' y otras cuatro más compuestas por uno de los integrantes del grupo, Kirk Knuffke: 'Outer Spaceways Incorperated', 'Always into It', 'You don't Know what Love is' y 'Throw'. Fue un concierto que dejó muy buen sabor final de boca.