Imagen de 'El ministerio de los sentimientos no resueltos'. TILO STENGEL

Comedia coreográfica para sanar emociones descatalogadas

La compañía noruega de Jo Strømgren presenta en el Bretón 'El ministerio de los sentimientos no resueltos', una pieza entre la danza y Buster Keaton

J. Sainz

Logroño

Sábado, 16 de noviembre 2024, 11:13

La pregunta de si la danza puede provocar la risa solo puede ser respondida contemplando esta pieza. La compañía noruega del creador Jo Strømgren presenta en el Festival de Teatro del Bretón (a las 20.00 horas) 'El ministerio de los sentimientos no resueltos', una propuesta escénica entre la danza, el teatro y la pantomima del genial Buster Keaton llena de diversión, sensibilidad y coreografías hipnotizantes y sorprendentes.

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Este 'ministerio' imaginario de escaso presupuesto, tiene una importante misión; sus trabajadores sociales son responsables de resolver problemas que ninguna otra agencia puede solucionar: llorar sin motivo y solo cuando no quieres, sentir miedo por las cosas más absurdas, pensar que hay algo inexplicable dentro de ti, enojarte sin motivo o tener ataques de pánico por culpa del pan.

Una mezcla de humor absurdo y de conmovedora solemnidad es el sello distintivo de Strømgren, un peculiar coreógrafo con habilidad para traspasar los límites entre disciplinas escénicas.

En este caso se inspira en el cine mudo cómico de Buster Keaton: «En el gesto impávido con que aguanta en medio de tormentas y catástrofes –apunta– se adivina una coreografía detallada de alguien que no pasó a la historia como bailarín, aunque quizá hoy sus no movimientos puedan representar un depurado ejercicio de danza; pero sobre todo, entonces y ahora, esa impavidez coreografiada sigue causando risa».

Sus cinco intérpretes (Henriette Hamli, Jakub Mędrzycki, Nora Vendsgård, Mikael Rønne, Iannes Bryulant) actúan con músicas que van desde Nina Simone a Chaikovski o de Tàrrega a Sepultura. Como Keaton, sus personajes son mudos. La voz de un locutor transmite sus casos y un alto cargo responde con la sequedad y burocrática de los funcionarios. Ellos solo bailan, pero con humor.

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