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Aldeanos y señoritos mirando a cámara
Nájera acoge una exposición de Polentinos, pionero de la fotografía, que retrató los pueblos y las gentes de La Rioja en 1903
Un grupo de alpargateros se deja retratar por un forastero curioso. Es Haro a comienzos del siglo XX y las visitas de señoritos que se ... interesen por los oficios populares no son habituales. Trabajando en plena calle, en un rincón a la sombra con suelo empedrado y mesas dispuestas para la tarea, hay hombres curtidos por el sol y varios niños y niñas. La mayoría, no todos, han detenido su labor con la lezna y la hilaza de yute apenas el tiempo necesario para que ese extraño aparato, una cámara fotográfica estereoscópica, haga su trabajo e inmortalice el momento. Algunos semblantes se muestran divertidos, otras miradas más severas no ocultan su desconfianza. Si para el viajero la escena resulta pintoresca, para los retratados lo extraordinario es precisamente el fotógrafo.
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En términos fotográficos, La Rioja fue descubierta por Laurent en 1865, pero Polentinos puso el foco en sus paisanos y sus paisajes
Hay algo de etnografismo de clase en el trabajo de Aurelio de Colmenares y Orgaz, séptimo conde de Polentinos, un aristócrata intelectual de hace más de cien años aficionado a recorrer España fotografiando sus pueblos y sus gentes. Fue uno de los pioneros, y su archivo constituye hoy una de las colecciones principales del patrimonio documental del país, tal como muestra la exposición 'Conde de Polentinos. Fotografías estereoscópicas', que puede verse (hasta enero y con visitas guiadas hasta el 29 de septiembre) en la Escuela de Patrimonio Histórico de Nájera.
Polentinos pasó por La Rioja en 1903 con motivo de la visita de Alfonso XIII a Logroño. Aunque en términos fotográficos esta región ya había sido descubierta por el hispano-francés Jean Laurent en 1865, que plasmó principalmente sus panorámicas urbanas, él la 'exploró' fijando el foco con más detalle en sus monumentos, en sus paisajes y en sus paisanos.
Gentes y piedras
Quizás la fotografía de los alpargateros de Haro sea la más representativa, pero no menos interés tiene la serie que realizó en sus excursiones a Ezcaray, sus aldeas y la Sierra de la Demanda, cuando el 'turismo' era solo una caprichosa excentricidad de las clases adineradas. En sus instantáneas, la ociosidad de esos elegantes visitantes, su curiosidad tal vez científica, naturalística e incluso antropológica, contrasta con el pasmo de los lugareños, aldeanos sorprendidos en sus quehaceres diarios, e incluso con la humilde docilidad de los que les sirven de guía en el monte.
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Polentinos también tenía interés por el patrimonio histórico-artístico, cuyos principales tesoros riojanos fueron recogidos por su cámara, principalmente en Logroño y La Rioja Alta. Lo mismo hacía en sus escalas por el resto de España: gentes y piedras.
Las imágenes seleccionadas para la exposición de Nájera, producida por el Ministerio de Cultura a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España, son fotografías estereoscópicas (o dobles), si bien para facilitar su visionado se ha seleccionado una de las dos imágenes del negativo original. En todas ellas, aldeanos y señoritos, con su distinta forma de mirar a cámara, parecen observarnos desde el pasado.
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