Stendhal23 restaura su propio mural tras los actos vandálicos
El artista urbano borra las esvásticas y los mensajes misóginos y homófobos ante «la inactividad del Ayuntamiento»
Cuando se habilitó el túnel ciclopeatonal de la variante de Villamediana de Iregua, el anterior equipo de gobierno local contrató al artista urbano Stendhal23, residente en el municipio, para pintar los muros con el doble fin de embellecerlos y evitar que se vandalizaran. Pese al llamativo resultado, y que cuenta con elementos locales, como la ermita de Santa Eufemia y la iglesia de la Asunción, la obra ha sido asaltada varias veces, la última, semanas atrás, habiendo pintado esvásticas y mensajes misóginos («Todas putas») y homófobos («Fuck maricas»).
Josele Fernández (Stendhal23) decidió arreglar por su cuenta su propia obra y eliminar las pintadas que la habían vandalizado. «Siento responsabilidad por mi trabajo y también es por la inactividad por parte del Ayuntamiento, ya que me puse en contacto con él y en ningún momento me pidieron que lo arreglara, así que lo han dejado de la mano de Dios y es una pena», explica Josele Fernández. Así, con su propio material de pintura, empleando su tiempo y su dinero, Stendhal23 se pasó toda la mañana del pasado viernes arreglando el mural que considera que puede ser el más grande de La Rioja con unos 400 metros de ida y vuelta.
«Me duele. No lo comprendo. Serán chavales jóvenes y parece que hay un intento de hacer grafiti en algunas partes, sin embargo, luego no respetan el de otros, el de una persona que lleva 30 años pintando, así que es rocambolesco. Si aún fuera de otra manera...», reconoce Josele Fernández. Y es que el grafiti, a menudo perseguido e ilegal, ha logrado ser aceptado como arte urbano gracias a firmas como la de Stendhal23. «Yo trato de mejorar las cosas, no de empeorarlas, por eso no entiendo el vandalismo», declara.
«Por mí que no sea, mi intención es que esto esté en perfectas condiciones, pero, claro, todo tiene un límite»
«Todavía da más que pensar»
«Todos en un momento de nuestras vidas hemos sido jóvenes. Y yo mismo he empezado pintando algún vagón de tren de manera ilegal pero jamás se me ha ocurrido machacar lo que ya está hecho, independientemente de que esto lo haya hecho alguien que se considere grafitero o no», advierte Josele Fernández. Y el hecho de que, encima del acto vandálico, se lancen mensajes nazis, homófobos y misóginos, «todavía da más que pensar», admite el artista urbano.
«Yo no lo entiendo porque esto es independiente. No solo trato de no molestar a nadie, al contrario, pinté un ciclista porque por aquí pasan muchos, golondrinas porque aquí levantas la mirada y es lo que ves», detalla Fernández. Y lo peor es que «los que hacemos estas cosas estamos ya medio acostumbrados». «Si sucede, por mí que no sea, mi intención es que esto esté en perfectas condiciones pero, claro, yo llego hasta aquí, todo tiene un límite y lo he arreglado ya seis veces. Hasta lo tuve que arreglar mientras lo estaba pintando, cambiando una pared. Pedí al Ayuntamiento que se vigilara de alguna manera, que pusieran cámaras o algo, pero hasta han estado apagadas las luces del túnel varios días», expone Fernández.
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