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Treinta y cinco años de colorida y poética reivindicación
La Fiesta del Humo demandó a las administraciones el cuidado del puente y habilitar un local público y la depuradora
Quien conduce por la serpenteante carretera del Alto Cidacos reduce velocidad ante la panorámica del meandro del que erige Peroblasco. De sus casas cuelgan varias pancartas: piden ya una depuradora, un local público y el cuidado de su puente medieval, único acceso a la aldea dependiente de Munilla.
A medida que pasaban las horas de la tarde de este sábado, esa velocidad debía ser aún más lenta porque la cantidad de coches aparcados al margen de la LR-115 era cada vez mayor. Eran de los cientos de personas que se unían a los vecinos para celebrar y reivindicar en la Fiesta del Humo, la colorida y poética forma que eligieron hace treinta y cinco años para hacerse sentir, mostrar que la aldea tiene vida y que necesita la atención de las administraciones.
Mediado el siglo XX, la despoblación azotó a Peroblasco. En 1980, unos jóvenes se asentaron en el espléndido paraje. Comenzaron a trabajar y a reclamar. Llegó el agua, la canalización y un pequeño depósito, enganches al teléfono en 1987 y a la electricidad en 1988... Y en 1989 idearon una forma diferente de hacerse visibles, la Fiesta del Humo.
El puente medieval es el único acceso a la aldea desde la carretera y presenta un deterioro que preocupa
El ambiente en las eras y calles era fantástico en la tarde de este sábado. Piques y bromas en el campeonato de mus, brindis, bailables con la música... Y el recuerdo de que en estos treinta y cinco años la Asociación de Vecinos ha conseguido muchas cosas y regresado una vida inquieta y cultural a la aldea. Pero quedan varias básicas que reclaman a las administraciones: cuidar el puente medieval, deteriorado por los matojos y el tiempo, único modo de comunicarse con el exterior; habilitar una depuradora para ser respetuosos con el río Cidacos; y acondicionar un local público donde reunirse, proyecto prometido hace 15 años por el expresidente regional Pedro Sanz sobre el solar de la antigua iglesia, que se derrumbó en 2005.
Además, la Asociación apunta otras necesidades, como dignificar su pequeño cementerio, llevar la recogida de basuras en el pueblo (se realiza a pie de carretera) y colocar señales que indiquen la prohibición del acceso rodado dentro de sus calles.
Caía la tarde. El gentío desalojó el pueblo y salió al mirador de la carretera. Dieron las nueve. Comenzó a sonar el Canon de Pachelbel en el valle y el humo de distintos colores comenzó a brotar de las chimeneas. Peroblasco está viva y necesita atención.
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