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Donde el acusado se somete aún a juicio divino
La animación ocupa una parte importante en el Mercado Medieval de las ferias, que este viernes vivieron su jornada más multitudinaria, con unos 38.000 visitantes
La ordalía, o 'Juicio de Dios', fue una prueba muy utilizada en la Edad Media para probar la inocencia de los acusados por algún delito: brujería, robo... Resumidamente: si eran inocentes, Dios les salvaría. Había numerosos métodos para probarlo. La imaginación, al poder. Por ejemplo, darle al acusado comida envenenada: si sobrevivía, era inocente. A otros se les hacía coger un hierro candente, para ver si le producía culpatorias quemaduras (de ahí lo de «poner la mano en fuego»). También estaba el sistema de atarles los pies y manos y sumergirles en agua, etc. Huelga decir que había un altísimo índice de 'culpabilidad'...
Muy cerca de Santo Domingo de la Calzada, en Pazuengos, la tradición habla de una ordalía consistente en una lucha, cuerpo a cuerpo, entre Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, y un gigantesco navarro, llamado Jimeno Garcés. La prueba consistió en enfrentarles, en representación de los ejércitos de Castilla y Navarra, para evitar un gran derramamiento de sangre. Dios se encargaría de decidir. Ganó el Cid y también un título: «campeador».
Santo Domingo de la Calzada revive estos días una ordalía, si bien totalmente alejada de aquellos tintes dramáticos. Al contrario, tiene un enfoque humorístico, cómico, como corresponde al objetivo que se marca el Mercado Medieval, no solo de abastecer al visitante, sino también de entretenerle.
A los novios de la boda medieval se les rompió el amor, de tanto usarlo. Los organizadores del evento pensaron en una alternativa al bodorrio y también en la Asociación Teatral Calceatense. Nadie mejor para ofrecer una alternativa, con el arte y voluntariedad que atesora el colectivo que preside Marcial Rodríguez, que vuelve a estar inconmensurable en su papel de acusado de robo en el mercado. El rústico hombre, de nombre Genífaro, se somete a la justicia divina, porque la terrenal ya lo ha juzgado: «¡A la picota, a la picota!», grita el público cuando entra en escena, y no se refieren a la cima que hay por encima de Santurde de Rioja. Quien desee conocer el veredicto tiene que pasarse por la plaza del Santo, a las 12.15 horas.
La escena callejera de la boda medieval se ha sustituido este año por la de la ordalía, aunque sin tintes dramáticos
Este sábado las ferias devuelven al público a la década de los 80 con una fiesta amenizada con dj en el Teatro Avenida
Por cierto, Genífaro se llamó a un hombre que vivió en la primera casa datada de la plaza de La Alameda. Realmente se llamaba Genaro, pero puso en su ventana una luz para guiar a los peregrinos y ayudar a Santo Domingo. La gente se refería a él como 'Genaro el del faro' y el nombre terminó evolucionando a Genífaro.
Fue uno de los actos de una jornada multitudinaria, con las calles atestadas y, en algunos puntos, convertidas en auténticos embudos humanos. Según la Policía Local, unas 38.000 personas visitaron este viernes la localidad, lo que eleva la cifra provisional, a falta de día de hoy y de este domingo (solo por la mañana) a unos 70.000 visitantes.
Cabe reseñar el dato positivo de que, pese a tamaña afluencia de gente, apenas se registraron incidencias reseñables. salvo dos niñas extraviadas, cuyos padres fueron pronto localizados. La Policía Local recomienda recoger las pulseras para niños que ellos mismos reparten y también en el punto junto al Teatro Avenida.
Este sábado, más ferias, que, además de a la Edad Media, se retrotraen a los años 80, con una fiesta amenizada por un dj de Los 40 Classic en el Teatro Avenida.
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