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Investigadores y voluntarios del equipo Garras con Eduardo Sáenz de Cabezón y Amaya Menchaca, y el 'bullón', ayer en 'Las Cerradas'. SANDA

Restos de tres dinosaurios en Igea

Eduardo Sáenz de Cabezón, matemático y divulgador científico, ha sido invitado este año a la excavación de 'Las Cerradas'

Jueves, 10 de julio 2025, 07:37

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La campaña paleontológica del equipo Garras en el yacimiento de Las Cerradas de Igea, entra en sus últimos días (finalizará el domingo). Los investigadores y voluntarios centran su trabajo en dos zonas donde se acumulan los restos (se ven las secciones de los huesos de dinosaurio fosilizados). Buena parte de estas piezas aparecen incrustadas en la roca y por ese motivo tienen que preparar unas chaquetas con escayola para poder sacar los bloques de la montaña y evitar que se rompan. Después los trasladan al laboratorio, para proceder a una labor minuciosa de extracción. Una de las matrices que manipulaban ayer podría pesar cerca de 200 kilos. Ya se han retirado dos más pequeñas y queda alguna otra.

Una de las piezas óseas es de gran tamaño y podría pertenecer al dinosaurio ornitópodo objeto de esta excavación. El martes apareció un diente de otro dinosaurio carnívoro. Según el material hallado, como mínimo, estarían representadas tres especies de dinosaurios: un espinosaurido, un tetanuro indet. y ornitópodo de gran tamaño. Aparte hay excrementos fosilizados de tiburones y cocodrilos, trozos de tortuga, crustáceos e invertebrados.

«Llevamos unas cuantas campañas y esta es la primera vez en la que nos aparecen varias especies en un mismo yacimiento», comenta uno de los directores del equipo, Pachi Sáez-Benito.

«Para los paleontólogos esto es un auténtico lujo, en pocos lugares van a encontrar esta riqueza de yacimientos y humana»

duardo Sáenz de Cabezón

EMatemático padrino de campaña

«En medio metro hay mundos impresionantes y aquí se transmite pasión, tanto los investigadores como los voluntarios»

Amaya Menchaca

Bióloga ambiental

Este año el equipo Garras invitó al matemático y divulgador científico Eduardo Sáenz de Cabezón como padrino. El martes acudió al Centro de Interpretación Paleontologica de La Rioja de Igea para conocer sus instalaciones y los trabajos de investigación. Ayer participó como uno más en el trabajo de campo para recuperar restos fósiles de dinosaurios. A media mañana le entregaron la camiseta de la campaña 2025 y le hicieron el bautismo con el 'bullón' que antaño se utilizaba para hacer los agujeros en el campo para plantar viñas y otros cultivos. En la excavación sirve para separar bloques de rocas.

«Conocía de oídas el nivel de estos yacimientos y de la gente que está aquí, pero no había estado pie en tierra y mano en cincel», señala Eduardo.

Eduardo Sáenz de Cabezón y Amaya Menchaca excavan en 'Las Cerradas'.
Una roca con huesos es protegida con escayola antes de su traslado a Igea.

«El centro de interpretación me pareció espectacular en cuanto a calidad, cantidad de piezas y conocimiento», destaca y continúa «otra vertiente que me gustó mucho es la aglomeración de investigaciones que hacen y la relación con el origen de los yacimientos, además de la parte técnica adquirida a través de la experiencia. Me refiero a cómo se entrenan los ojos para distinguir lo que es fósil y lo que no».

«Para los paleontólogos profesionales esto es un auténtico lujo porque en pocos lugares van a encontrar esta riqueza de yacimientos y humana del equipo. Se ve que el trabajo físico es duro y lo más gratificante es cuando escuchas 'hueso' y encuentran encapsulado un trozo de un pasado que no somos capaces ni de imaginar», termina.

A Eduardo le tocó picar en la roca y vino acompañado por una amiga, la bióloga ambiental Amaya Menchaca (ArteLombriz). «A través de ArteLombriz buscamos sensibilizar sobre un ecosistema prácticamente olvidado, pero que sostiene toda la vida que conocemos, que es el suelo», comenta Amaya y añade «del suelo vivo he venido al aparentemente muerto, pero estamos descubriendo que está muy vivo, tiene mucha historia. En medio metro hay mundos impresionantes. No conocía esta extraordinaria labor de Igea. Aquí se trasmite pasión, tanto por parte de los investigadores como de los voluntarios».

El investigador de la UR, Adrián Páramo, ejerció ayer como asesor de Eduardo y Amaya, durante el proceso de excavación.

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