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Sábado, 1 de octubre 2022, 02:00
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No solía perderse el tradicional pase de revista por la fiesta de los Ángeles Custodios. Y eso que su llegada al cuerpo de la Policía Municipal de Calahorra no fue por vocación, sino más bien por una oferta laboral que alguien le planteó con tan solo 19 años. En febrero del año 1981 se sacaba su plaza como agente, marcando un hito en la historia de la Policía Local riojana. Así, el nombre de Rosaura Azcona Arenzana quedaba en su promoción como el de la primera mujer policía en La Rioja.
«La verdad es que no tuvimos ningún problema por ser mujeres, porque era como la novedad», reconoce al contrario de lo que se pueda pensar Maricarmen González, quien al poco tiempo obtuvo también su placa y fue desde entonces una de sus compañeras.
Rosaura vistió el uniforme durante 40 años, hasta su jubilación en diciembre del 2020. Pero año y medio después fallecía (el 2 de julio del 2022) a causa de un cáncer repentino. En la Jefatura de Calahorra no la olvidan y por ello la festividad de los Ángeles Custodios de Calahorra estará este año dedicada a ella. «Una chica muy trabajadora, alegre, a la que le gustaba su trabajo», la recuerda Maricarmen González. «Era algo gruñona», dice con cariño el jefe de Policía, José Manuel San Juan Vega, pero «la verdad es que hacía todo lo que le pedías», y «aún estando jubilada me llamaba para avisarme de cosas que veía». «Y es que si le habías pedido que buscase A, ella te buscaba también B y C», destaca de su compromiso con la profesión el subjefe del cuerpo policial, Jorge Rodríguez.
¿Por qué se hizo agente de la Policía? «Recuerdo oírle que alguien le propuso ser policía y ella dijo: ¿qué hay que hacer», dice Ana Baños, otra de sus compañeras. «Yo tampoco entré por vocación, pero luego a este trabajo le vas cogiendo cariño», confiesa Maricarmen, que acaba además de jubilarse. Ella como Rosaura tuvieron que pasar las «primeras pruebas físicas» para obtener la plaza. «Había que hacer salto de altura, de longitud y correr. Y aun así nos costaba porque no estábamos acostumbradas», se ríe.
Rosaura desarrolló prácticamente su profesión en la centralita de la Jefatura. «Que, ojo, no es solo atender llamadas», aclara quien fuera su jefe. El próximo 3 de octubre, los agentes la recordarán en la misa de los Ángeles Custodios, en la capilla de los Agustinos (12.30 horas).
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