Con el cohete estalló la alegría en Nájera

Las fiestas en honor a San Juan Mártir y Santa María la Real se han estrenado este jueves como ha sido costumbre durante muchos años hasta que llegó la pandemia. A las 14 horas, en el balcón de la Casa Consistorial, los reyes festeros Carla Prado y Álex Tomé dieron los vivas correspondientes y desearon lo mejor a sus paisanos, antes de proceder a prender la mecha del primer cohete y con ello proclamar que Nájera está de fiesta. El chupinazo se produjo media hora más tarde que el singular inicio del pasado año –sin cohete–, para dar tiempo a que los estudiantes y todo aquel que quisiera llegara a tiempo a la plaza.

Junto a ellos se situó buena parte de la Corporación, con el alcalde, Jonás Olarte, y la edil de Festejos, Amparo Mínguez, flanqueándoles, y una vez fueron disparados varios artefactos pirotécnicos más, se procedió a lanzar varios kilos de caramelos a la plaza para alegría de la gente menuda.

Con anterioridad, la peña Juventud, junto a la charanga Wesyké, había arrancado con un pasacalles que desembocó en la plaza para asistir al chupinazo. También, en el salón de plenos, el presidente y la secretaria de la peña Malpica, Fermín Villar y Asela Zorzano, procedieron a colocar en los cuellos de la reina y el rey de fiestas el pañuelo de la peña. La música de Disco Dido se ocupó de ambientar el momento y los de la peña Juventud reanudaron el pasacalles para seguir proclamando a los cuatro vientos que la fiesta ya había estallado y eran momentos de alegría y jolgorio.

Acto seguido en el local de la Malpica, comenzaba la degustación de pinchos y vino, con muy buena respuesta por parte de najerinos y comarcanos que, aprovechando que era día de mercado, no quisieron dejar pasar la oportunidad de asistir al arranque festero.

Ya en horario vespertino, llegó el turno a la primera actividad deportiva, con las semifinales del torneo de pelota a mano femenina. Más tarde se llevaron a cabo, en la parroquia de la Santa Cruz, las solemnes vísperas. También hubo una nueva degustación de bocadillo de jamón con pimiento verde, a cargo de la peña del blusón negro, y sendos pasacalles, uno por cada peña. Las verbenas con la orquesta En Esenzia son el cierre del día.