Lardero

Sin bus pero con churros en Entre Ríos

En el barrio Entre Ríos de Lardero se estima que residen unas 4.000 personas, aproximadamente el 35% de la población de la localidad, cifra que crece exponencialmente si se le suma la aledaña Villa Patro. Hay bares, pero apenas otros negocios ni servicios. Por no haber no hay ni el tan ansiado y prometido autobús urbano. Pero desde hace una semana lo que sí hay es una churrería, La Exquisita, que ha trasladado su habitual puesto de calle de la avenida del Club Deportivo de Logroño al parque Entre Ríos de Lardero. Y los vecinos parecen agradecerlo.

Es viernes, llovizna, la tarde es desapacible pero ahí acude Ángel Martínez a por media docena de churros. «Me parece perfecto que hayan abierto, esto amplía los servicios. Ya soy cliente habitual, no es la primera vez que vengo», explica este vecino. Carlos, también residente en el barrio, acude con su hijo, que pide, sin preámbulos, «¡Mil millones de churros!». «Es la primera vez que vengo pero me parece fenomenal que abran porque no había nada parecido y así merienda el chaval», confiesa Carlos.

El responsable de esta churrería es Álvaro Martínez, joven larderano de 23 años perteneciente a una familia de feriantes. «El puesto de Club Deportivo ha funcionado bastante bien durante años, pero empezaba a flojear y decidimos venir aquí. Y estamos encantados. Pensábamos que iba a funcionar bastante bien precisamente porque no había nada parecido. Hay gente que nos recomendó venir», expone Álvaro.

«Aquí abrimos el 3 de febrero y nos gustaría estar hasta septiembre, aunque cambiando en verano a otros tipos de productos, como los helados», advierte el churrero. En el puesto actual triunfan, sobre todo, los churros recién hechos a 5 euros la docena y 3 la media, pero también sirven chocolate caliente, gofres, bollitos tipo donut... Tales son las buenas sensaciones de la primera semana de apertura que, asegura Álvaro Martínez, incluso les vienen clientes de otros barrios y municipios. Y, como guinda, este fin de semana se ha celebra Carnaval, lo que ha aumentado la presencia de gente en la calle y, por tanto, los clientes potenciales. Eso a pesar de la presente dana, pero eso no frena la freidora. «Cuando llueve no nos va tan mal porque hay gente que viene y se lleva los churros para comer en casa», apostilla.

• Temas
• La Rioja