El chorrón de Viguera se abre a todas las visitas
El Ayuntamiento acondiciona el acceso al mayor salto de agua de La Rioja, con 60 metros de altura, con el fin de hacerlo más seguro
Las cascadas de Puente Ra, el salto del agua de Matute, el barranco del Rajao de Tobía, el acebal de Valgañón, el cañón del Leza, finca Ribavellosa, la laguna de Hervías, las dolinas de Zenzano, el monte San Lorenzo... son algunos de los tesoros naturales de La Rioja, cada uno con su propia belleza, su singularidad y su salvajismo. Pero si hay uno espectacular y cercano a Logroño ese es el chorrón de Viguera, el mayor salto de agua de La Rioja, con más de 60 metros de altura desde el abrupto corte de la roca de Peña Puerta.
El Ayuntamiento de Viguera ha señalizado y acondicionado varias de sus rutas naturales, como el barranco de los Infiernos o el castillo de Valdemetria, y actualmente se trabaja en el acceso al chorrón con unas obras que ejecuta la empresa Vía Verde 2.000 de Villamediana por 31.000 euros y que cuenta con financiación de los fondos Leader gestionados a través de CEIP Rural.
El proyecto, en realidad, nació hace más de una década, cuando el chorrón no era tan popular ni accesible. Aunque una primera obra abrió un sendero empinado y en algunos puntos estrecho y comprometido, los trabajos ahora se centran en facilitar el paso, eliminando barreras como, por ejemplo, desplazando una gran roca que había que superar para llegar al vaso del chorrón. «Recientemente habíamos señalizado y aportado cartelería informativa, pero como turísticamente el chorrón está adquiriendo mucha relevancia, lo más importante que queremos es la seguridad de todas las personas», explica el alcalde de Viguera, Álvaro Manzanos, consciente de que, sobre todo en invierno, si hay hielo, es dificultoso llegar. «Queremos que el acceso será seguro y esté naturalizado, que no genere impacto en el entorno», destaca Manzanos.
«Queremos que el acceso no genere impacto en el entorno», apunta el alcalde, Álvaro Manzanos
Porque, además de la impactante caída del agua del arroyo de Madre, el paraje es espectacular, sobrevuelan los buitres y las chovas, crecen las hayas, los robles, las encinas, los acebos, y en la pared húmeda, si no el musgo como terciopelo, se queda impregnado el hielo con chuzos como trompas de elefante. Es una pequeña selva maravillosa, a tiro de piedra de la ciudad.
«Junto con el mirador del Peñueco y el barranco de los Infierno es uno de los puntos más visitados de Viguera. Justo después del confinamiento los riojanos empezamos a descubrir La Rioja y mucha gente se acerca», opina Manzanos. «Todos los rincones mágicos de La Rioja han pegado una explosión tremenda de visitas, en algunos parece que hay romerías», añade Vicente Orio, responsable de Vía Verde 2.000.
La obra finalizará en un mes, cuando empiece la primavera y el chorrón esté en su máximo esplendor. «Aquí hay más de veinte especies de plantas distintas, incluso un tejo», destaca Orio. «El acceso sigue siendo no excesivamente exigente, pero requiere una mínima preparación. Nunca ha habido un susto grande, sí alguna caída, pero queremos prevenir», apunta Manzanos.
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