Pamplona honra a una cerverana represaliada
Es una de las diez mujeres homenajeadas por el Ayuntamiento pamplonica y una plaza de la Txantrea Sur lleva su nombre
El barrio de la Txantrea de Pamplona cuenta desde este año con una plaza dedicada a la memoria de la cerverana Ramona Zapatero Zapatel gracias a una iniciativa llevada a cabo por el Ayuntamiento de la capital navarra como reconocimiento a diez mujeres represaliadas por el franquismo, entre ellas la riojana.
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El Consistorio de Pamplona se basó en una investigación realizada por la UPNA y contó con el apoyo vecinal, del consejo municipal, del grupo memorialista y de Nombrar Mujeres, para materializar este reconocimiento de igualdad y memoria.
Una vez establecida la selección de homenajeadas, la información está disponible en la base de datos del Fondo Documental de la Memoria Histórica en Navarra y también se ha materializado en el libro 'Historias silenciadas: vida y olvido de diez mujeres navarra represaliadas durante el franquismo. Una propuesta biográfica para su reconocimiento en espacios públicos', de Gemma Piérola Narvarte, editado por el Ayuntamiento.
Al estallar la Guerra Civil, Ramón Bengaray, marido de Ramona, fue asesinado y ella estuvo presa durante un mes
«Ramona Zapatero, al igual que tantas otras mujeres esposas, madres, hijas o hermanas de represaliados durante la guerra, tuvo en sí misma su propia historia de represión con distintas caras y una historia también de lucha por sobrevivir ella y sus hijos», destaca Piérola en la publicación.
Ramona nació el 31 de agosto de 1898 en Cervera del Río Alhama, hija de Sotero y María. Cuando era una niña se quedó huérfana y, a principios del siglo XX, tuvo que irse a Pamplona para vivir en casa de su prima carnal Ángela Moreno Zapatel.
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En 1919 se casó con Ramón Bengaray Zabalza y después de unos años en Guipúzcoa, se asentaron en Pamplona en 1923. El matrimonio participó en los años de la II República en acciones de solidaridad y tenía cinco hijos cuando estalló la Guerra Civil.
El 18 de julio de 1936 Ramón desapareció y el 24 de agosto confirmaron su muerte. Le recuerdan como un emprendedor, militante de izquierdas y por su faceta artística (jotero y cantante barítono) y deportiva (pelotari y futbolista aficionado y directivo de Osasuna).
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El 14 de agosto Ramona había sido recluida en la prisión provincial y allí permaneció casi un mes. Su hermano Bernardo y su hijo mayor, José Ramón, de 16 años, también fueron encerrados. Cuando lograron la libertad, la familia se trasladó a Francia y después a Barcelona y Valencia.
Ramona quiso escapar a América con sus hijos, pero no consiguieron embarcar en varios intentos y regresaron a Pamplona al comenzar la II Guerra Mundial. La imprenta que regentaba su marido estaba en manos de otra persona. Para colmo de males, sobre Ramón existía una multa de 250.000 pesetas por «auxilio a la rebelión» a la que tuvo que hacer frente logrando rebajarla en buena parte al acudir a la justicia. Finalmente pudo dirigir el negocio con sus descendientes.
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Traspasó la imprenta y emigró a Argentina con tres de sus hijos. Otros dos se casaron y viajaron a Buenos Aires más tarde. No terminó ahí su periplo. En 1954 se trasladaron a Caracas. Ramona falleció en Venezuela.
El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, descubrió el pasado 25 de abril una placa que denomina el nuevo espacio de memoria de mujeres represaliadas por el franquismo. Cada una de las diez protagonistas tiene su calle o plaza en Txantrea Sur.
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La agrupación socialista cerverana ha emitido un comunicado en el que agradece «el bonito gesto del Ayuntamiento de Pamplona» y resume la historia de Ramona Zapatero Zapatel.
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