Diez meses por delante y una cloaca romana para redescubrir
Las obras para hacer visitables los restos se retoman tras casi 9 meses paradas por cambios en el proyecto
Entre 1995 y el año 2002, Calahorra fue un lugar de peregrinación para miles de personas que querían conocer y adentrarse por uno tramo de cloaca de la antigua Calagurris. Amigos de la Historia de Calahorra había visto un potencial en este yacimiento y durante esos siete años hizo posible las visitas a los restos. No habrá que esperar mucho más ya para que este tramo de cloaca pueda abrirse de nuevo al público, recuperando así la ciudad un potente enclave de interés turístico. Y todo ello como parte de un proyecto urbanístico más amplio que dará vida y luz a la calle San Andrés, en el casco antiguo.
Las obras de puesta en valor del yacimiento, así como la urbanización del solar en el que se encuentra, se han retomado estos días después de haber permanecido paralizadas durante casi nueve meses. Los trabajos comenzaron en el mes de febrero, pero al poco tiempo, sobre el terreno, se detectaron dos nuevas circunstancias que obligaron a repensar el proyecto inicial. «Al descubrirse la cloaca se vio que la dimensión exterior era mayor que la inicialmente prevista, por lo que hubo que replantear toda la estructura de pilares que van alrededor de la misma», explica José Ramón Iglesias, jefe de obra de la empresa CYR Proyectos y Obras S.L. –ISC Uramid S.L., adjudicataria de la ejecución del proyecto–, que apuesta por la creación en este espacio de una plaza porticada, con un acceso a los restos. «Desde el patio se va a ver la cloaca y luego se va a poder bajar y vislumbrar la bodega desde la que se accede a los restos», señala Iglesias. Por otro lado, la plaza contará con tres edificios, siendo uno de ellos «multiusos y otro destinado a cafetería». «Todo ello va unido con una línea de pilares y una marquesina que rodea la plaza», completa el responsable de la obra.
La segunda cuestión que ha tenido que resolverse tras el inicio en febrero de los trabajos, cuyo coste asciende a 1.129.594 euros, está relacionada con el mal estado de las viviendas que rodean el solar del yacimiento. «Como están en peligro por su mala situación, se han tenido que hacer unas protecciones para evitar que caigan a la nueva obra», aclara José Ramón Iglesias. Así que el proyecto a ejecutar (denominado Impluvium), ganador de un concurso de ideas convocado por el Gobierno de España, «ha tenido que modificarse para que la obra sea segura y se ajuste a lo que nos hemos encontrado», incide el jefe de obra. De esta manera, si no hay más contratiempos, en «10 meses» deberá estar finalizada la obra.
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