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Uno de los ocho danzadores baja por la cuesta, rodeado de público.

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Uno de los ocho danzadores baja por la cuesta, rodeado de público. Justo Rodríguez

Anguiano honra con sus zancos a la Magdalena

El municipio conmemora el día grande de sus celebraciones con la bajada de los danzadores por la cuesta que lleva su nombre

Rebeca Palacios/ Efe

Martes, 22 de julio 2025, 17:50

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Los ocho danzadores de Anguiano se han vuelto a lanzar por la empinada y empedrada cuesta de la localidad, encaramados a unos zancos de madera de medio metro de altura mientras giraban sobre sí mismos en un vertiginoso y espectacular baile multicolor que hizo las delicias de los asistentes.

Centenares de personas se apiñaron en los laterales de la 'Cuesta de los Danzadores' para presenciar esta tradición, que ya supera los 400 años y que fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1970.

Han participado ocho jóvenes de entre 15 y 28 años, todos veteranos menos el más pequeño, Marcos Prada, quien se estrenó como prueba en las fiestas del pasado mes de mayo y a quien sus compañeros le aconsejaron «que mire arriba, se busque un buen atador y disfrute de la experiencia».

Para Pablo Muñoz, de 24 años, estas son las décimas fiestas en las que se lanza por la cuesta, todo un veterano, «hoy menos nervioso que ayer», según afirmaba. «El truco para no caerse es mantener la calma y tratar de mirar a un punto fijo para no marearte», explicó antes de revivir una vez más esta tradición centenaria.

Los danzadores, que reflejan la adrenalina en su rostro durante toda la bajada, aguantaron sobre los zancos sin caerse, con algún tropezón, pero los congregados en los laterales de la cuesta les sujetan para mantenerles en pie.

Al son de las castañuelas

En la mañana de este martes se ha celebrado la segunda de las cinco bajadas que se realizan durante las fiestas patronales en honor a Santa María Magdalena en este municipio, de unos 490 habitantes.Tras la procesión y la misa, los ocho danzadores escenificaron su arriesgado baile, dando vueltas sobre sí mismos al tiempo que tocaban las castañuelas acompañados de dulzainas y tamboriles.

La tradición, que tiene alrededor de 400 años, fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional en 1970

Esta vez han participado en la cita ocho jóvenes de entre 15 y 28 años, todos veteranos menos Marcos Prada

Aunque algunos antropólogos datan el baile de la época celta o precristiana, el primer documento escrito en el que aparece mencionada la danza de Anguiano es un 'Libro de acuerdos y decretos del 30 de mayo de 1603' y, según las referencias de este antiguo manuscrito, el origen del baile podría deberse a un acto iniciático a la edad adulta. Tradicionalmente, los danzadores han sido siempre varones, aunque podrían participar mujeres si así lo desean.

Cita con los danzadores retirados

Antes de cada descenso, se desarrolla un ritual en el que los danzadores veteranos, ya retirados, ayudan a los jóvenes a atarse los zancos con cuerdas a las piernas.

Estos zancos, que se elaboran artesanalmente con madera de haya, se amarran primero al pie y después a las piernas a la altura de las rodillas, donde quedan protegidas con unas almohadillas para amortiguar el impacto de los saltos.

Los ocho van ataviados con una camisa blanca, un chaleco de bandas horizontales en azul, rojo, rosa, verde, amarillo y marrón; y un pantalón negro rematado en la rodilla con una cinta de color.

Pero lo más espectacular de la vestimenta de los danzadores es la amplia falda amarilla, que se ahueca como una campana y les da estabilidad mientras giran cuesta abajo.

El conjunto festivo se completa con una faja azul, unas medias blancas, unas alpargatas de esparto y unas castañuelas de madera de boj.

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