Capi, uno de los perros que ya ha sido adoptado, pero quedan muchos más. / PILAR HIDALGO
LARDERO

Ladridos por una oportunidad

Varios perros abandonados buscan que alguien les adopte o acoja para iniciar otra vida

PILAR HIDALGO

Domingo, 25 de noviembre 2012, 11:00

Urko, Coco, Zar y Mia extienden su patita en busca de una segunda oportunidad. Salvo Mia, el resto apenas si ha superado el año de vida, de una vida demasiado azarosa y que hasta ahora no les ha enseñado su mejor cara.

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El Seprona de la Guardia Civil decomisó estos cuatro perros el pasado junio cuando desmanteló una perrera ilegal que acogía a una veintena de canes en término de Lardero. Los animales, al parecer robados, subsistían en pésimas condiciones higiénico-sanitarias y alguno de ellos presentaba incluso signos evidentes de malnutrición. Según pudo saber Diario LA RIOJA, la Benemérita depositó a parte de la veintena de perros en el Centro de Acogida de Animales de Logroño, a la espera de que un juez dictaminase cuál sería su futuro, y a otros los cedió o les buscó dueño.

En este lapso de espera, Urko, Coco, Zar y Mia encontraron a unas hadas, el único trazo de buena suerte con que se han topado en tanto tiempo. Un grupo de amigas, grandes amantes de los animales, movió sus hilos para evitar que acabasen sacrificados, una vez que el magistrado entregó la titularidad de los canes a la perrera. Por tanto, podían matarlos en cualquier momento. Contactaron con Pro-Sabuesos e impulsaron una campaña en las redes sociales, con la colaboración de otras personas sensibilizadas con el maltrato animal, y lograron impedir su sacrificio.

Urko, Coco, Zar y Mia pasan ahora sus días en una guardería canina que estas particulares costean y reciben los cuidados que nunca tuvieron. Les ve el veterinario que ha realizado a Urko una analítica para determinar si los espasmos que sufre se deben a la epilepsia y si padece alguna infección. En él se aprecian ciertos problemas físicos, pero el resto exhibe un intenso miedo al contacto con los humanos, manifestación de lo mal que se han portado con ellos hasta hace no mucho.

Otra opción para tener un animal

Aunque se les rompe el corazón, estas chicas ya no pueden soportar tanto gasto. El precio habitual de una guardería ronda los 120 euros al mes, a lo que hay que sumar las visitas al veterinario. «Ahora que llega la Navidad, pensamos que sería bonito que la gente que en verdad desea un animal optase por adoptar o acoger uno de estos perros, en lugar de comprarlo», señala una de las jóvenes. Ofrecen sus correos electrónicos (rlsneme@gmail.com y crisrodriguez80@msn.com) a todos los interesados en hacerse cargo de estos canes y han habilitado un número de cuenta para que hagan sus depósitos todos los que quieran ayudarlas a mantener a estos y otros animales que protegen (Caja Rioja: 2037/0070/76/09/89106000).

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Porque la lista es infinita. A Aslan lo salvaron del sacrificio por minutos con ayuda de Galgos 112. Era literalmente un esqueleto. A Bob lo higienizaron. Le quitaron cerca de cuatro kilos de pelo que le caía en forma de rastas hasta el suelo. Tal era la mata que cuando este pastor vasco se hacía sus necesidades, las heces se quedaban enmarañadas entre tanto pelo. Ambos están también en la guardería y, como muchos otros perros y gatos abandonados que estas chicas cuidan, esperan impacientes una oportunidad.

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