Unicaja y Caja Castilla-La Mancha inician su proceso de fusión

Unicaja y Caja Castilla-La Mancha dieron ayer un paso más hacia su fusión al comunicar al regulador de los mercados que han alcanzado un principio de acuerdo para su integración en una entidad. La resultante, con 60.000 millones de activos y 1.500 oficinas, se alzará al quinto puesto entre las cajas de ahorros españolas, y liderará el sector en dos comunidades, Andalucía y Castilla-La Mancha.

El anuncio responde a los mandatos obtenidos de los respectivos consejos por los presidentes, Braulio Medel y Juan Pedro Hernández Moltó, para desarrollar los trabajos que conduzcan a una fusión en la que la suma de ambas cajas debiera alcanzar un valor superior al de la simple agregación. Pero aún queda un importante camino por recorrer, que comprende, entre las actuaciones decisivas, los trabajos de auditoría y valoración conocidos como 'due diligence'.

La situación de Caja Castilla- La Mancha, con una morosidad disparada y una reciente rebaja de la calificación de su deuda, aconseja extremar la prudencia en esta fase. Unicaja querrá sacar todo el partido posible a su mejor punto de partida, que son unas cuentas y balances más saneados. Las dos partes aseguran a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) haber detectado «manifiestas sinergias de complementariedad y desarrollo del negocio». Creen que, a medio plazo, la integración les permitirá reducir costes y hará posible que la entidad resultante obtenga una dimensión crítica significativa para operar en mercados básicos.

Las ventajas de que las cajas hayan desarrollado su negocio en distintas zonas geográficas las aireó el secretario de Estado de Economía, David Vegara, quien dio la bienvenida a la operación siempre que redunde en la mejora de la competencia y la solvencia de las entidades.