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«Todos los que vienen son de 50 años para arriba; los jóvenes, nada de nada»

Luis Ángel González Hontiyuelo | Quiosquero desde junio de 2022

Los quiosqueros
«Todos los que vienen son de 50 años para arriba; los jóvenes, nada de nada»

Domingo, 4 de febrero 2024, 08:33

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En junio próximo, el día 12, hará dos años que se hizo cargo de un quiosco mítico en la capital riojana, el que regentó durante 47 años Enrique Oyaga en la confluencia de las calles Murrieta y Gonzalo de Berceo, al pie del edificio Las Palmeras. Vinculado al mundo de la hostelería, su única relación con el sector fue «un tiempo que estuve repartiendo prensa con Beralán». El desgaste laboral de su profesión le llevó a dar el paso. «Acababa de dejar la hostelería porque estaba ya cansado física y mentalmente y un día que pasaba por el quiosco vi un cartel del traspaso y, como conocía a Enrique y me dijo que se jubilaba, hice mis cálculos y lo compré».

«No es fácil, pero nada que ver con la hostelería, porque estaba solo desde las siete de la mañana hasta las diez de la noche y los pies ya no me tenían; de hecho, sigo pagando las consecuencias, así que ahora no me quejo, eso que a las seis de la mañana estoy ya en el quiosco y me paso ahí hasta las dos y cuarto, porque por las tardes no abro», explica Luis Ángel, para admitir las dificultades con una clientela fiel, pero cada vez de mayor edad. «Los jóvenes, nada de nada. Vienen cuatro contados y solo cuando ven una revista de coches que les gusta o sale alguna dedicada a una afición especial, pero poco más», aclara, para insistir en que «los que vienen a por el periódico son todos de cincuenta años para arriba y muchos, incluso, de ochenta y tantos y noventa. Son gente a la que le gusta el papel e, incluso algunos, que aún estando suscritos al digital, vienen a por el periódico de papel porque lo leen más a gusto».

Más de 170 puntos de venta en La Rioja, Álava y Navarra

Al servicio de sus lectores más fieles, Diario LA RIOJA se acerca cada mañana a sus hogares gracias a una extensa red que hoy integran 173 puntos de venta repartidos por toda La Rioja, además de en Navarra y en el País Vasco, en especial en La Rioja Alavesa, aunque también en Guipúzcoa y Vizcaya. Con la capital riojana a la cabeza –62 puntos de venta en Logroño–, existen otros 41 en La Rioja Alta, 29 en La Rioja Baja y 24 en La Rioja Media. La cobertura se extiende en Semana Santa y Verano a Tarragona, Alicante y Castellón.

Con una parroquia leal, el céntrico quiosco se convierte a menudo, como ocurre en casi todos sus 'hermanos', en una especie de confesionario. «Aquí se habla de todo, claro. Del tiempo, de las noticias, de si están bien o están mal, de si han discutido con la hija... De todo» asevera rotundo.

Sobre el futuro, el todavía novel quiosquero admite que es incierto. «Yo no soy riojano, pero desde que llegué aquí de jovencito siempre ojeaba LA RIOJA en los bares y para el negocio sigue siendo importante porque se sigue vendiendo, pero, por desgracia, cada vez menos porque, como te decía, las generaciones más jóvenes no quieren saber nada del papel. La gente mayor va cayendo y los jóvenes no compran. Los chavales no se molestan ni en echar un ojo al periódico; de hecho, alguno viene y te dice 'Oye, ¿vendes LA RIOJA? Es que me ha mandado mi abuelo y yo no sé'. Eso es lo triste», se lamenta Luis Ángel, seguro de lo que está por venir. «A este tipo de negocios va a haber que darles una vuelta, tenemos que reinventarnos, pero a ver qué permite la normativa», augura, con diez años todavía por delante hasta la soñada jubilación, pero con muchas ganas de pelea aún: «No nos queda otra».

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