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El jamaicano Asafa Powel disputa una prueba de 100 metros.
Las sospechas de dopaje, el gran enemigo de los Mundiales de Pekín
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Las sospechas de dopaje, el gran enemigo de los Mundiales de Pekín

Hay posibilidades de récords del mundo en un gran número de disciplinas

Frédéric BOURIGAULT (afp)

Sábado, 18 de julio 2015, 19:58

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A un mes del Mundial de Pekín, del 22 al 30 de agosto, las sospechas de dopaje rodean a gran parte de las disciplinas debido a las excepcionales actuaciones registradas en los últimos meses, una lacra que amenaza a la gran fiesta del atletismo.

De un verano chino a otro. En 1993 el ejército del técnico Ma Junren sacudió el atletismo mundial sin medida, con un aluvión de medallas de oro y de récords mundiales en el medio fondo y en el fondo, ayudado por un polémico brebaje que contaba con la sangre de tortuga entre sus ingredientes. Tristemente parece que la historia puede repetirse en Pekín-2015. El atletismo vive un momento inédito en las dos últimas décadas, con posibilidad de récords del mundo en un gran número de disciplinas (velocidad, fondo, lanzamientos o saltos).

Y una vez más las actuaciones sorprendentes vuelven a estar en duda. El último interrogante, el récord del mundo de 1.500 metros que consiguió la etíope Genzebe Dibaba el viernes en la reunión de Mónaco. La atleta de 24 años acabó con el siempre polémico récord de la china Qu Yunxia (3:50.46), logrado el 11 de septiembre de 1993, una de las mejores bazas de Junren. "Con respecto a la historia y el pasado de los chinos, no sé, no conozco este tema. Deseo vivir mi propia historia", dijo la africana el viernes.

El problema es que debido a su turbio pasado reciente cualquier resultado destacado en el atletismo es automáticamente objeto de sospecha. Comenzando por una de las disciplinas reinas, los 100 metros, que será la gran cita mediática en Pekín. Allí el jamaicano Usain Bolt, rey absoluto desde 2008 pero lastrado por las lesiones en los dos últimos años, se enfrentará al estadounidense Justin Gatlin, de regreso a la primera plana del infierno del dopaje. Suspendido cinco años durante su carrera, entre 2006 y 2010, cuando se suponía que viviría sus esplendor deportivo, ha alcanzado la cima con 33 años.

Jamás había corrido tan rápido, con cuatro carreras finalizadas en 7 segundos y 10 centesimas y un nuevo récord personal de 9.74, mejor que los 9.77 que alcanzó en la época en la que se dopaba. Ante estos resultados que se escapan a la lógica, sólo queda la incredulidad o la sospecha. "Mi suspensión fue un regalo y una maldición", señala Gatlin, que considera que los años alejados del esprín le ha permitido guardar la forma de sus 20 años.

Otras dos estrellas que han regresado tras sus sanciones por dopaje son el jamaicano Asafa Powell y el estadounidense Tyson Gay. Simbólicamente, los tres hombres han sido declarados personas non gratas en Londres el próximo fin de semana, en la 11ª etapa de la Liga de Diamante. La organización rechaza contar con atletas que han traicionado su rol de modelos para los jóvenes.

En las carreras de fondo el atletismo se ha visto sacudido en los últimos meses por los sospechosos métodos de entrenamiento de Alberto Salazar, el técnico que llevó al británico Mo Farah al doblete olímpico y mundial en 5.000 y 10.000 metros. Salazar está en el centro de una investigación de la Agencia Estadounidense Antidopaje y de la Federación Británica. "Debo creer en él", repite Farah, afectado emocionalmente en las últimas semanas y que será una de las estrellas del Mundial.

Además, el viernes en Mónaco, en la carrera de 800 metros, el público pudo descubrir al bosnio Amel Tuka. En julio fue capaz de mejorar en 3 segundos y 61 centésimas su récord personal. "No tengo nada que decir sobre él", señalaron algunos de sus rivales.

Rusia, por su parte, tiene la intención de no enviar a algunos representantes al Mundial, por el miedo a que sus pasaportes biológicos tengan parámetros anormales. También se escrutan al milímetro la altura, el triple salto, la jabalina y el peso, sobre todo en categoría masculina, debido a las actuaciones cada vez más destacadas. En el Mundial de Pekín, 22 años después de que el ejército de Junren pusiera patas arriba el atletismo, otra armada, la de las dudas y las sospechas de dopaje, amenaza con arruinar el campeonato.

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