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David Castilla y César Fenández supervisan la interactuación de los usuarios del centro Áncora de Calahorra con los perros Dora y Oxy de la Unidad Canina de la Guardia Civil. Áncora
Mascotas

Las terapias caninas dejan huella

Las intervenciones asistidas con animales potencian la empatía, psicomotricidad, motivación y educación en personas con discapacidad

Diego Marín A.

Logroño

Lunes, 13 de mayo 2024, 08:19

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Aunque parece que ya en la Antigua Grecia empleaban perros en terapias en algunos templos, según la Fundación Affinity no fue hasta 1792, en Inglaterra, cuando se realizaron los primeros informes sobre su efectividad. Ahora mismo la Intervención Asistida con Animales es ya una disciplina en la que, por ejemplo, un perro es incorporado como parte del tratamiento con el fin de promover la mejoría en las funciones físicas, sociales, emocionales y cognitivas de las personas con algún tipo de problema.

Un ejemplo es la visita que recientemente realizó la Unidad Canina de la Guardia Civil en La Rioja al centro Áncora de Calahorra, gestionado por la Asociación Igual a Ti y que da servicio a toda La Rioja Baja de atención especializada a personas adultas con discapacidad intelectual. Fue una visita informal, que no se puede calificar exactamente como terapia, puesto que los perros que visitaron a los usuarios, Dora, Coca y Oxy, están especializados en la búsqueda de drogas y personas desaparecidas. No están adiestrados en la intervención con personas con discapacidad, pero la breve experiencia sirvió para comprobar los beneficios de la interacción.

«El fisioterapeuta quedó sorprendido porque con él no alargan las extremidades tanto como para tocar a los perros»

Yolanda Sánchez

Centro Áncora

«Sora, Coca y Oxy se convirtieron en una gran terapia para los usuarios, que pudieron disfrutar de una jornada diferente»

Miguel Ángel Sáez

Guardia Civil de La Rioja

«Los animales producen una llamada de atención que debemos usar para fomentar las fortalezas y reducir las debilidades»

Ana Rodríguez

Proyecto Dejando Huella

«Algunos usuarios tienen problemas de movilidad y el fisioterapeuta quedó sorprendido porque con él no alargan las extremidades tanto como para tocar a los perros, fue como una sesión de fisioterapia canina», cuenta Yolanda Sánchez, directora de Áncora. «El tacto, la estimulación sensorial, es muy importante. Los perros fueron muy cercanos y dieron mucha calma, incluso a aquellas personas que precisan una anticipación de las situaciones, así que la satisfacción fue general», reconoce la directora.

Aunque desde Igual a Ti promueven visitas a refugios de perros abandonados, tanto en Logroño como en Calahorra, en el centro Áncora era la primera vez que los animales les visitaban a ellos. «A pesar de ser perros que no están destinados a esto y que solo fue una visita, ayudaron a mejorar la autoestima», subraya Sánchez. «A nivel social, comprobamos el incremento de la intención comunicativa para poder acariciar los perros, así como la interacción perro-persona», señala la directora de Áncora.

David Castilla y César Fenández supervisan la interactuación de los usuarios del centro Áncora de Calahorra con los perros Dora y Oxy de la Unidad Canina de la Guardia Civil. Áncora

La Unidad Canina de la Guardia Civil en La Rioja está especializada en la búsqueda de personas, drogas y explosivos, cada animal con una función y entrenamiento específico. El sargento David Castilla y el agente César Fernández dieron a conocer su labor en Áncora. El portavoz de la Guardia Civil en La Rioja, Miguel Ángel Sáez, destaca que su visita sirvió para romper la rutina del día a día de los usuarios. «Dora, Coca y Oxy se convirtieron en una gran terapia para ellos, ya que pudieron disfrutar de una jornada diferente, mostrándose emocionados y encantados por la experiencia vivida al haber podido interactuar con los animales».

Ana Rodríguez sí realiza terapias asistidas profesionales a través del proyecto Dejando Huella, que cuenta con perros adiestrados para tal fin, como Tirma, Poliki, Pepo, Epi, Zeus, Watio, Dana, Koska y Rofe. Trabaja con niños, personas mayores, con autismo, problemas mentales, etc., tanto en La Rioja como en regiones vecinas: «Una terapia asistida con animales debe contar con un profesional de la salud, un control de los objetivos de mejora de la persona y un perro, u otra especie, especializado, para controlar su comportamiento y saber conectar con desconocidos», advierte Rodríguez.

En cuanto a los beneficios de las intervenciones asistidas, los perros «provocan lo mismo que a otras personas», solo que con quienes se trabaja cuentan con algún problema que atenúa el beneficio. «Los animales producen una llamada de atención que debemos usar para fomentar las fortalezas de la persona e intentar reducir las debilidades», indica Ana Rodríguez. «La clave es que todas las figuras que participen en el juego estén preparadas para potenciar la empatía, la verbalización de emociones, psicomotricidad, motivación e, incluso, la educación», añade.

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