La importancia de un buen bigote

Los bigotes de los perros y los gatos no solo cumplen una función estética, también sensorial. Gracias a ellos cuentan con una especie de sexto sentido ya que son muy sensibles a los movimientos. Los folículos de la base de los bigotes tienen terminaciones nerviosas que envían mensajes sensoriales al cerebro del animal, no son como los pelos sino mucho más delicados. Cualquier movimiento cerca estimula los bigotes, determinando el tamaño, la forma y la velocidad de los objetos.

Los bigotes son especialmente útiles para los animales con problemas de visión. Y, al margen, al formar parte de su fisonomía, como las orejas o el rabo, su movimiento o posición les ayudan a comunicarse, por lo que no hay que cortar los bigotes de los animales. En concreto, los pelos con más capacidad sensorial se denominan vibrisas y se podrían comparar a los de las orejas y nariz de los humanos, que cumplen la función de proteger al órgano.

Las vibrisas no son exclusivas de perros y gatos, también cuentan con ellas otras especies e incluso las plantas, y no solo se encuentran alrededor del hocico, también en cejas y patas. Son esos pelos 'desordenados' que aparentemente no cumplen ninguna función y, sin embargo, son muy importantes a nivel sensorial para el animal. «Es hermoso de ver y muy bonito de analizar. Los perros aprenden a utilizar las vibrisas desde cachorros. Algunos criadores se los cortan por una cuestión estética y espero que se deje de hacer, porque además está prohibido, es una auténtica barbaridad», expone Ana Rodríguez, educadora canina de Dejando Huella. «Hay que tener mucho cuidado y respeto en la peluquería, el cepillado y la manipulación porque cualquier toque en el hocico les afecta mucho a nivel sensorial», advierte Ana Rodríguez.

«Las vibrisas son más gruesas y profundas que el resto de pelos. Son tan sensibles que detectan pequeños movimientos a su alrededor, compensando la mala visión de cerca y ayudándoles en la caza», señala Celia Alesanco, etóloga felina y autora del libro 'Gatos. Manual de instrucciones'. «Las vibrisas son los primeros pelos que se desarrollan en el útero materno. Poseen el doble de grosor que cualquiera de los otros tipos de pelo y se insertan profundamente en la piel. Cada pelo dispone de su propio músculo erector que le dota de movimiento y la raíz de cada uno de ellos se aloja dentro de una cápsula rellena de sangre conectada a una red de nervios sensoriales», describe Rosa Roldán, etóloga de Perrygatos. «Por eso no se deben cortar, aunque se renuevan de forma natural cada cierto tiempo, por lo que no es raro encontrar alguno de vez en cuando», señala Roldán.