Fuertes brotes de mildiu atacan al viñedo en las zonas con más lluvias acumuladas
La situación se puede controlar con tratamientos, aunque requerirá un importante esfuerzo económico en horas y productos en un año crítico de rentabilidad
Difícil campaña para los viticultores, con muchas dudas sobre la rentabilidad de la misma y un ciclo vegetativo que no está por la labor de ayudar. La primavera tan húmeda hace temer, aunque queda todo el ciclo por delante, por un cosechón con las bodegas llenas, mientras que las fuertes pluviometrías de las últimas semanas han provocado la aparición de manchas generalizadas en muchos viñedos: «Están en las hojas, especialmente en La Rioja Alta y en pueblos donde se dispararon las lluvias acumuladas entre el 7 y el 16 de mayo como Cenicero, Torremontalbo o Haro por citar algunos», explica David Castro, viticultor y responsable del servicio de alertas 'Agricultores en la red'. «La estrategia, en general, ha sido buena y se ha tratado con antelación, por lo que la situación puede y debe controlarse, aunque estamos ante un año difícil porque un mildiu agresivo y continuo supone mucho gasto en horas y tratamiento».
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Es una preocupación que comparte Isaac Muga, director de Viticultura de Bodegas Muga: «Lo cierto es que hay mucha presión, por lo que el consejo es estar muy encima». Muga señala que «las últimas noches frescas nos han venido muy bien para retrasar el brote, pero hay que volver a tratar para estar prevenidos».
El técnico asegura en todo caso tener miedo con lo que pueda suceder con los racimos a partir de ahora: «De momento, el hongo está en la hoja, pero ya he visto también presencia de mildiu larvado y, si ataca el racimo, es cuando tendremos un problema grave porque se lo puede llevar por delante».
Muga sufrió con intensidad la piedra hace unas semanas en sus viñedos, con daños en un centenar de hectáreas y casi 60 de ellas con siniestro casi total. La elevada humedad hace temer también por otro enemigo de la planta: el oídio. «Lo que ha venido bien para el mildiu, las noches frescas, no son tan buenas para el oídio y hay variedades especialmente sensibles como el mazuelo o el chardonnay». En todo caso, la clave es la aplicación y la efectividad de los tratamientos: «La moral del viticultor está baja y hay que tratar los viñedos, lo que implica gasto y elección de buenos productos, que son más caros».
Rioja Oriental
David Bastida, de Bodegas Ortega Ezquerro (Tudelilla), señala que la situación en Rioja Baja está más controlada, pese a que se detectaron allí las primeras manchas de mildiu: «Nosotros controlamos viñedos desde El Villar hasta Carbonera, en Tudelilla, desde 480 a 680 metros, y, aunque ha llovido en los dos últimos meses el 60% de lo que cae al año de media, creo que la situación está controlada».
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Bastida explica que «el mildiu aquí no ha saltado al racimo y se puede controlar con tratamientos». «Estoy más preocupado con el oídio porque creo que vamos a tener ataques fuertes –continúa–, pero, sí, estamos ante un año de gasto difícil para el viticultor, con importantes gastos en tramientos y no es el mejor momento».
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