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Los riojanos y riojanas de nuestro tiempo se merecen un buen relato de la historia de Rioja y este periódico se siente estimulado y comprometido a contarla ahora que la Denominación de Origen cumple cien años. Diario LA RIOJA nació en 1889 y ha sido, por tanto, testigo y fedatario de todo lo acontecido no solo durante este último siglo, sino también en los tres decenios precedentes, cuando entró en la región, por donde nadie lo esperaba, el abominable bichito que ya había arrasado los viñedos en Francia. Creían los cosecheros que la filoxera llegaría a la provincia de Logroño por Alfaro o por Rincón de Soto, vía Navarra, pero lo hizo por el extremo opuesto, en concreto por Sajazarra, donde el destructivo pulgón americano se detectó en los albores de junio de 1899.
No teman toparse con una crónica trufada de datos, cronologías y documentos. No queremos aburrirlos con grisuras. Hemos buscado personajes, testimonios y vivencias que aportan ... luz a la narración, década a década, de los hechos esenciales ocurridos en este territorio vitícola.
En junio de 1925 los periódicos estaban enfrascados en la información sobre la guerra del Rif, tras el levantamiento de las tribus nativas contra las Administraciones coloniales. Los combates que libraban en Marruecos las tropas españolas y francesas contra la resistencia liderada por el militar rifeño Abd el-Krim copaban cada día las portadas, incluida la de este rotativo. Pero en la provincia de Logroño los bodegueros y viticultores encaraban otro tipo de batalla en defensa de sus vinos y «en evitación de que continúen llamando vino de Rioja al que en ella no se produce». Esa contienda se abría hueco también en las primeras páginas.
Unidas en su monumental disgusto, las fuerzas vivas logroñesas, con la Diputación provincial a la cabeza, convocaron un mitin en la plaza de toros para el 14 de junio. La comisión organizadora exigía el cumplimiento de la ley vigente según la cual «nadie tiene derecho a servirse del nombre de un lugar de fabricación para designar un producto natural o fabricado procedente de otro sitio». Pero «su violación es tan flagrante y tan enorme la defraudación» que, «de no restaurarse con urgencia el imperio de la ley, no llegaríamos a tiempo de evitar la catástrofe».
A escasos días de la celebración del mitin, la Gaceta (precursora del BOE) publicó una real orden firmada el 6 de junio por la que se autorizaba a la región riojana «para la creación, con el carácter de marca colectiva, de un precinto sobre los envases» como sello de garantía para la procedencia de sus vinos. Debía establecerse, además, la delimitación de la zona vinícola a cuyos productos podía aplicarse la indicación 'Rioja'.
De que el fraude estaba «sistemáticamente generalizado» daba fe otra real orden circular publicada en la Gaceta sólo cinco días después. La norma respondía a las quejas recibidas de distintas provincias «relativas a falsificaciones y adulteraciones». El Rey dispuso una «celosa y perseverante inspección de las bodegas, almacenes y establecimientos públicos de bebidas» e instó a imponer las sanciones vigentes, «aplicando sin atenuaciones las más severas a cuantos usen para la ocultación del fraude materias colorantes, por ser éstas siempre origen de lentas e insensibles intoxicaciones».
La real orden del 6 de junio es el germen de la Denominación de Origen Rioja. Aunque fue recibida como la excelente noticia que era, la comisión permanente no desconvocó la concentración. Reclamaba garantías del cumplimiento de la ley con una reglamentación y una entidad que representara a todos los cosecheros. El mitin se celebró y, «aunque estuvo concurrido, no lo fue tanto como hacía esperar la importancia del acto», reseñaba el periodista de esta casa. Las autoridades y los líderes de cooperativas, asociaciones y sindicatos lograron congregar a alrededor de dos mil personas.
La comisión reclamaba del gobernador civil disposiciones «que seguramente ha de dictar con la urgencia que requiere la salvación de la ruina de una de las más hermosas regiones de la nación». La belleza del paisaje que hace cien años sirvió de argumento a los convocantes de la protesta perdura hoy y es indisociable del viñedo en cada estación: en invierno, cuando las cepas asoman de la tierra desnudas, retorcidas y nudosas; en primavera, cuando se revisten de hojas; en verano, cuando se colman de racimos; y en otoño, cuando realzan con colores variopintos su uniforme verde antes de despojarse de él. Con esa fiesta cromática el viñedo celebra la vendimia y después se toma un descanso para reanudar su ciclo vital.
Rioja profesa su particular manera de conectarse a la vida, como esos mugrones que parecen tener un tronco propio y en realidad son sarmientos de otra vid. En la tierra del vino todo tiene su magia y también el lenguaje escapa a lo convencional. Ni el unicornio es un animal mitológico, ni el pulgar es el dedo gordo, ni el lloro es un llanto humano, ni el cementerio es un campo de cadáveres. Y ningún vino nace sin mucho esfuerzo, no poca paciencia y algo de misterio. Con dosis de todo eso hemos creado esta publicación especial en la que le invitamos a adentrarse.
Nuestro periódico quiere repasar con los lectores estos últimos cien años de Rioja, compartir con ellos los relatos de las familias que han vivido del vino y para el vino, y recoger las ideas y reflexiones de quienes, por su sabiduría, pueden contribuir a que la Denominación festeje su bicentenario el 6 de junio de 2125. El deseo de todos los que hoy trabajamos en Diario LA RIOJA es que esta cabecera siga aquí para contarlo como quiera que se cuenten las cosas dentro de un siglo.
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