Raúl Sanvicente posa entre las perchas que elabora y las casitas de pájaro Sonia Tercero
Qué vida esta

Un nido de calma en la vorágine

Artesanía en madera ·

El alavés Raúl Sanvicente presenta en la calle La Merced sus creaciones, en las que la naturaleza y los pájaros guardan un sitio preferente

Víctor Soto

Logroño

Lunes, 23 de septiembre 2024, 07:25

Durante los sanmateos resulta difícil de creer que bajo los ruidos de los bares, el gentío, las charangas o las barracas, los pájaros continúen con ... su armonioso piar. En unas fiestas que no admiten el silencio ni el sosiego, pasar junto a las creaciones que el artesano Raúl Sanvicente ofrece en la calle La Merced, junto a un puñado de compañeros, es recordar que el mundo, más allá de los ornamentos festivos con los que se engalana Logroño , continúa girando a su ritmo habitual.

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Desde Bernedo (Álava), el creador de '8 noches' viaja todos los días a la capital riojana para mostrar sus trabajos, entre los que destacan las casitas pensadas para pájaros, pero sin olvidar sus decoradas perchas de madera o una amplia muestra de inciensos que perfuman un recodo que huye del vecino jaleo de Portales. «Me gusta mucho esta ubicación porque te permite estar en el centro y a la gente pararse a contemplar. Porque en mi puesto, y en el de otros compañeros, hay mucho que mirar», explica

Su relación con la capital riojana viene de largo. «La primera vez que acudí a Logroño fue en Navidad de 2019. Después he vuelto varios años a las fiestas de San Bernabé, a San Mateo...», recuerda y refiere los cambios que ha percibido antes y después del coronavirus:«Antes se vendía más, pero tras la pandemia los visitantes de los mercados creo que son más golosos, que tienden a buscar más los productos de alimentación que los de artesanía o que cosas de adorno».

«Me gusta la calle La Merced porque te permite estar en el centro y a la gente a pararse», dice el artesano

«Las casitas son decorativas, ofrecen seguridad a los pájaros y les permiten anidar», explica Sanvicente

Las coloridas casitas, de madera pero también de fibras vegetales, destacan en un coqueto puesto lleno de piezas, aunque no son su producto más vendido «y eso que son bastante baratas», señala Sanvicente.

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Para él, estas construcciones cumplen tres objetivos:«En primer lugar, son decorativas, y creo que a todos nos gusta rodearnos de cosas bonitas; en segundo, ofrece seguridad a los pájaros; y, en tercero, cuando estos comprueban que son seguras, anidan en ellas».

Las que hoy muestra en el mercado de la calle La Merced (nada que ver con el abigarrado conjunto que cada San Bernabé llena las calles del Casco Antiguo de la capital), mañana podrán ser las casas «de jilgueros, gorriones, petirrojos... especies que han visto ocupado su espacio por aves de mayor tamaño como grajos o palomas».

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Para escuchar ese mensaje, hay que pararse un poco, observar y desconectar brevemente de unas fiestas en las que «lamentablemente el alcohol sigue siendo el protagonista».

Así que muy cerca de los bares de marcha o de las degustaciones, este artesano alavés sigue defendiendo «un concepto distinto» en el que la naturaleza y los pájaros ocupan un lugar preferente.

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