San Bernabé, a pesar de los muchos pesares

Once de junio, festividad de San Bernabé, que no fiestas. La capital de La Rioja honra a su patrón aun con los festejos oficialmente suspendidos por segundo año consecutivo dada la actual situación de pandemia y hasta ha habido pez, pan y vino con permiso del coronavirus.

Iniciativas como las de la calle Laurel han servido para escenificar que este viernes era día grande en Logroño, donde la emergencia sanitaria ha hecho que el V Centenario del Sitio no se haya celebrado por todo lo alto, pero no han impedido que al menos se celebre, lo que no es poco echando la vista atrás a marzo del año pasado.

«Logroñeses y logroñesas: Con el pasado y la historia en la memoria; con la esperanza de una ciudad abierta y moderna que avanza hacia el futuro unida, libre y solidaria. Decid conmigo. ¡Viva San Bernabé! ¡Viva Logroño!». Las palabras del alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, parecen resonar en la ciudad visto lo visto. No en vano, la agenda, pese a las limitaciones, ha tenido lo suyo desde las luminarias de la medianoche anterior.

Así, el Orfeón Logroñés ha actuado en la misa solemne de San Bernabé, dentro del programa de actividades en pequeño formato que se realizan esta semana para conmemorar los 500 años del asedio. Y, de la misma manera, la Banda Municipal de Música ha ofrecido un concierto en El Espolón. La música también ha podido escucharse en el teatro Bretón de manos del guitarrista Pablo Sáinz-Villegas, invitado del Ayuntamiento con motivo de la citada efeméride.

El Auditorio Municipal, por su parte, acoge la representación 'Asedios a la ciudad de Logroño', en la que se evoca el momento en el que las tropas francesas pusieron cerco a la hoy capital con sus habitantes en su interior. Habitantes que este viernes, a pesar de los pesares, han vivido un día de fiesta.