Planta de ensamblaje de una fábrica china de automóviles L.R.
Medidas 'antidumping'

Cuando la guerra es comercial

La crisis entre China y la UE por aranceles mutuos se solucionará «si existe voluntad política», asegura un experto de UNIR

Domingo, 30 de junio 2024

China ha tardado muy poco tiempo a la hora de responder a los aranceles de la Unión Europea a las importaciones de sus coches eléctricos. Y lo ha hecho abriendo una investigación 'antidumping' –medida de defensa comercial que adopta un país para proteger su industria de una competencia desleal de productos importados vendidos por debajo de su valor normal– sobre productos porcinos que llegan de la UE. «Se está consolidando su superioridad en el mercado internacional, porque se está centrando en sectores emergentes del futuro, como son los vehículos eléctricos, que se sitúan muy por encima del resto de países», resalta Diego de Francisco Rey, coordinador del Máster en Dirección de Comercio Exterior e Internacionalización de Empresas de UNIR. «Eso es gracias a que ellos invierten mucho en tecnología y manufactura», además de contar con unas políticas económicas «muy favorables», al invertir en carreteras y ferrocarriles y promover incentivos fiscales «para atraer inversiones extranjeras».

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Todo ello posibilita que investigue más. «Ahora están investigando el tema de nuevas baterías para vehículos eléctricos, para que tengan mayor autonomía», añade.

De ahí que la Unión Europea haya buscado, en forma de aranceles, frenar esa llegada de vehículos de China, que podría afectar a la producción de vehículos comunitarios. «Estratégicamente China ha respondido con esa investigación 'antidumping'», pero lo que ha sorprendido es que «esta guerra comercial está yendo muy rápida; más de lo normal».

«Sorprende la velocidad de reacción de China, pero está en juego un sector fundamental de futuro»

Diego de Francisco Rey

Máster Dirección Comercio Ext. UNIR

Para De Francisco, es vital incidir en que está centrada en productos que «realmente son del futuro y de alta tecnología, como los vehículos eléctricos, que suponen un mercado muy importante y eso lo saben todos los países».

La consecuencia evidente de esta guerra comercial es que está impactando en las cadenas de suministro y puede afectar negativamente a las exportaciones. «Al final todas las empresas que exportan a ese país, como La Rioja con el vino, podrían enfrentarse a dificultades para acceder al mercado chino, debido a los aranceles». De Francisco cree que se crearán unas barreras comerciales que van a reducir la competitividad de los productos riojanos en ese mercado, porque consecuentemente se incrementarán sus precios.

Productos relevantes

Si bien han existido siempre políticas arancelarias, la velocidad a la que se están sucediendo los hechos sorprende a los expertos, que opinan que revertir esta situación será un proceso lento. «Se buscarán acuerdos mutuos con el objetivo de minimizar el impacto negativo para ambas partes» y, como en guerras comerciales anteriores, podría entrar en juego la Organización Mundial del Comercio para ayudarles a alcanzar un acuerdo. «Lo más importante es la voluntad política entre los implicados».

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De Francisco confía en que no se provoque una desaceleración económica, como la producida con la guerra de Ucrania, porque afecta «a un sector fundamental de futuro, como es el vehículo eléctrico» y está en juego «qué potencia será la gran vendedora de ese tipo de productos». China ostenta una gran posición de superioridad. «Saben que es el futuro, de ahí que hayan tratado de contrarrestar estos aranceles tan rápido, porque si se los suben, perderán fuerza».

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