Las brechas que aíslan Valdegastea

– ¿Qué es lo mejor de vivir en esta zona?

– Es un barrio tranquilo, tienes el campo al lado, sales del portal y en cinco minutos hay viñas; está el pulmón del parque de los Enamorados y luego tienes el parque grande de La Atalaya. Tiene mucha zona verde y mucha tranquilidad.

– ¿Y lo peor, lo que más críticas genera entre los vecinos?

– El aislamiento. Hay un tema fundamental, que es la brecha de la vía del ferrocarril. Cuando se planteó el soterramiento, se invirtió el orden de las fases: la de aquí tocaba antes, pero se pospuso. Si la calle Fuenmayor estuviera totalmente abierta sería un antes y un después en el barrio. Es más, el instituto que le corresponde al barrio es el IESEscultor Daniel, que está al otro lado de la vía, y no hay bus urbano.

– Plantee tres reivindicaciones para su barrio, las necesidades más apremiantes.

– Además del soterramiento, para nosotros las comunicaciones son fundamentales: siempre hemos pedido una segunda línea de autobús. El único que llega aquí es el 5, la línea Madre de Dios-Valdegastea, que los domingos pasa cada media hora, y si quieres ir a Gran Vía, hay hacer un transbordo y no llegas. Aquí hay mucha gente que utiliza el autobús, no por distancia sino porque el barrio tiene una cuesta arriba que dificulta el paseo.

La segunda reivindicación es que arreglen las carreteras. No es que necesiten parcheados, es que muchas se están hundiendo. Se hizo mal en origen, ya nos lo dijeron, no basta con parches pequeños, pero hay que invertir mucho, con el presupuesto de varios años... Así que de momento cuando nos quejamos, parchean un poquito y ya.

Y tercero, lo pedimos nosotros y también Parque de los Enamorados y la zona oeste: un centro de salud. A nosotros nos toca el Siete Infantes y tememos que con los vecinos de las nuevas viviendas del Parque San Miguel y de Portillejo, se sature. Es imposible que quepamos todos en el Siete Infantes; por eso, se ha pedido un centro de salud que podamos compartir los usuarios de Valdegastea, El Arco y Yagüe.

– ¿Y qué le sobra a la zona?

– Algunas personas incívicas. Es cierto que hay perros por toda la ciudad pero aquí es tremendo. Y hay días, sobre todo en invierno, que viene gente con el coche, abren la puerta y dejan que el animal haga sus cosas y se largan sin recoger los excremento. Sobre la suciedad, es un barrio que se mantiene limpio salvo por los orines y excrementos de los perros. Es un tema serio porque las columnas, los soportales no se mojan cuando llueve... Y luego, huele mucho.

– ¿Alguna demanda histórica que nunca haya sido atendida?

– Pues esa segunda línea de autobús. Porque siempre pedimos que la línea 2 suba al barrio, pero nos dicen que no, que la línea 2 es intocable, pues que la frecuencia sea menor, cada 5 minutos en lugar de 10.

– ¿Qué le pide a los vecinos de su zona?

– Si le preguntas a un vecino que para qué sirve la asociación de vecinos, seguro que responde que para organizar las fiestas. Es cierto pero eso es una mínima parte. Estamos para reivindicar mejoras para el barrio y para que nosotros tengamos más fuerza necesitamos su colaboración: con la aportación económica o también con tiempo. El barrio lo hacemos entre todos.

– ¿Y al Ayuntamiento?

– Que nos tome más en serio y que sea más honesto. Me explico: si un concejal promete que se va a hacer algo y luego, por lo que sea, no se puede, que venga a una reunión y lo explique. Somos voluntarios y no tenemos tiempo para que nos mareen.

– ¿Es un buen lugar para los niños, los jóvenes y los mayores?

– Para los niños es una zona fantástica: pueden bajar de casa, jugar en el parque con tranquilidad, al aire libre... Una de las reivindicaciones de las que más orgullosos nos sentimos en la asociación es el centro infanto-juvenil de la Atalaya. Nos costó muchos años, pero al final se consiguió, ha dado muchísima vida al barrio.

Para los mayores está peor: no hay una carnicería, ni pescadería, al menos ahora en la zona de abajo está el supermercado. Dependen mucho del autobús y de cómo sea su movilidad. Y menos mal que ahora tenemos farmacia, que se abrió este verano.

– ¿Y para los animales de compañía?

– Para los animales de compañía está genial: primero está aquí mismo el campo y además, hay dos zonas habilitadas para esparcimiento canino.

– ¿Qué envidia de otros barrios de Logroño?

– Hay cosas en las que este barrio nunca es la primera opción para el Ayuntamiento; tenemos esa sensación de ser barrio de segunda.