Los mayores no vacunados tienen 33,7 veces más riesgo de fallecer por COVID-19
Algunos estudios parecen ratificar que la protección no solo minimiza también las posibilidades de ser hospitalizado, sino de infectarse con el virus
La sexta ola de la pandemia de SARS-CoV-2 prosigue su lento repliegue en La Rioja. Lo peor, tras una disparatada e inesperada ... explosión de contagios, parece haber pasado gracias a que el manto protector con el que la región se ha dotado con su amplia cobertura vacunal no se ha resquebrajado, al lograr, entre otras circunstancias, que los mayores que han completado la pauta (dosis de refuerzo incluida) afronten la enfermedad con 33,7 veces menos de riesgo de fallecer y 42,6 menos de acabar en una UCI.
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«La capacidad diagnóstica se mantiene elevada y en la incidencia, aunque sigue en cifras altas, se ha observado una disminución tanto en población general como en mayores de 65 años y se sitúa por debajo de la observada para España», detallaba el último informe que Salud elevó al Consejo de Gobierno la semana pasada.
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46.000 positivos detectados entre el 15 de noviembre y el 10 de febrero, frente a los 11 500 del mismo periodo un año atrás.
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401 pacientes han sido ingresados en planta hospitalaria por COVID en esta ola, con un pico de 128 (en la tercera fue de 204).
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77 fallecidos, 3 en residencias, suma la sexta ola en La Rioja frente a los 151 (14 mayores residentes) de la tercera.
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50 han precisado de atención en la Unidad de Críticos El pico diario máximo fue de 14 frente a los 64 de hace un año.
Aunque falta la desescalada desde la cima y el camino de vuelta no se antoja corto, los indicios parecen apuntar a que la factura de esta nueva embestida del virus, que activó todas las alertas con el doloroso recuerdo aún fresco en la memoria de lo sucedido solo un año atrás, con una tercera ola de devastadoras consecuencias.
Eso que las de la actual son considerables: 77 vidas humanas segadas (151 en la tercera), 401 hospitalizados en planta y 50 en UCI. El descomunal tsunami de transmisión en el que se ha convertido la explosión de Ómicron –46.137 positivos detectados frente a los 11.687 de aquella– amenazaba con otra catástrofe sanitaria en la comunidad, que, se intuye, se ha esquivado gracias a que las vacunas han reducido la vulnerabilidad de la población ante el virus. «La campaña de vacunación ha podido influir de forma importante en el impacto asistencial que está teniendo la actual fase de la pandemia», se concreta en el escrito elaborado por la Dirección Salud Pública y Consumo, en el que se hace referencia a algunos de los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad tras los estudios sobre la efectividad de la cobertura vacunal encargados al Instituto de Salud Carlos III. Los registros recopilados vendrían a demostrar que la protección de las vacunas, además de prevenir lo principal, los riesgos de las complicaciones más graves de la enfermedad, minimizaría también la posibilidad del contagio y reduciría el tiempo de transmisión y la intensidad de la carga viral.
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«En la última actualización del Ministerio, que recoge los casos entre el 21 de noviembre y el 23 de enero, en esa semana final, la del 16 al 23 de enero, la incidencia entre personas completamente vacunadas estaba en torno a 1.200 y la de los no vacunados, por encima de los 2.700», destaca el director general de Salud, Pello Latasa, que advierte de que «cuando vemos esto por grupos de edad, las diferencias son incluso mayores».
Los informes que ha ido elaborando el Ministerio, especialmente centrado en los colectivos más vulnerables frente al COVID, las generaciones más veteranas, remacha aún más el convencimiento sobre las bondades de la vacunación. Así, en el grupo de 60 a 79 años no vacunados, además de tener un riesgo de infección 14,6 veces mayor, el resto de variables de mayor gravedad se dispara considerablemente: 21,8 veces más riesgo de hospitalización, 42,6 veces más posibilidades de ingresar en la UCI y 33,7 veces más riesgo de fallecimiento por el COVID. Una radiografía que con registros más moderados, también se aprecia en los más mayores, los de 80 o más años: con 10 veces más de riesgo para los no vacunados de infectarse, 9,2 más de hospitalización, 11,21 más de ingreso en UCI y 18,25 veces más de posibilidad de perder la vida que quienes han completado la pauta.
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