El Consejo da plazo en Rioja Alta hasta el 6 de septiembre para tirar excedentes de uva

La cosecha se prevé abundante y el segundo boletín de maduración publicado por el Consejo ya confirma que «en todas las variedades el peso de la baya es significativamente mayor al de 2022». Con ello, la reducción de producción se antoja más necesaria que nunca. Además, los resultados obtenidos por el máximo organismo de la Denominación, a través de un novedoso sistema de monitorización basado en la inteligencia artificial –mediante el análisis de imágenes por satélite digital y la información obtenida de 160 variables diferentes–, detectan «expectativas productivas elevadas en viñedos de Rioja Alta y Rioja Alavesa», refleja el Consejo en una resolución publicada ayer en el Boletín Oficial de La Rioja (BOR).

Este aviso unido al que recuerda a los viticultores que la «uva procedente de viñedos cuyos rendimientos sean superiores al límite autorizado no podrá ser utilizada en la elaboración de vinos protegidos» por la DOCa Rioja colocan a los agricultores en una posición de riesgo. Porque en juego está la posibilidad de ver descalificadas sus fincas si no tiran esos excedentes de uva.

La fecha límite es el 6 de septiembre –para entonces se supone que la vendimia, al menos de las variedades blancas, ya habrá arrancado en Rioja Alta y Alavesa– porque a partir de ese día el Órgano de Control del Consejo Regulador inspeccionará otra vez el viñedo «y de constatar un rendimiento elevado, se procederá al levantamiento de un acta que acreditará la situación productiva y se adoptarán las medidas oportunas para no otorgar el amparo a la parcela afectada».

Esa revisión sobre el terreno de los técnicos y veedores de la Denominación ya ha comenzado esta semana en algunos municipios de Rioja Oriental como Aldeanueva de Ebro, Rincón de Soto o Alfaro. En esa zona el domingo finalizó el plazo que el Consejo dio a los viticultores para tirar los excedentes de uva. Quienes no lo hayan hecho se exponen al levantamiento de un acta de infracción si procede.

Al igual que sucedió con las cartas enviadas a primeros de agosto a los agricultores de esta zona, las misivas recibidas en Rioja Alta y Alavesa tampoco han llegado certificadas, lo que ha provocado un malestar importante. «Las cosas se podían haber hecho de otra manera y, sobre todo, con mayor antelación, para tener margen de maniobra», es la reclamación generalizada.