El comercio local vende solidaridad

La existencia de familias vulnerables es un hecho. La necesidad de facilitarles alimentos, una realidad. 'Encantado de comerte' es una aplicación pensada para ayudar a quienes de verdad lo necesitan. Ana Arnáez, responsable de Inclusión Social de Cruz Roja; Enrique de Miguel, cofundador de la iniciativa, y Santiago Muro, copropietario de la carnicería Violines en el Mercado del Corregidor de Logroño, presentaron este jueves la campaña.

«El objetivo es conseguir incentivar el producto local, acabar con la estigmatización de las largas colas que se forman en los bancos de alimentos y que ciertas familias reciban bonos digitales», comentó Arnáez. Con una inversión inicial de 6.000 euros, ya el año pasado se seleccionó a doce familias a las que se proporcionó 150 euros mensuales.

'Encantado de comerte', que empezó como un programa dirigido a solucionar el desperdicio de alimentos de los pequeños comercios locales, ha dado un giro social y se centra ahora en atender situaciones de extrema vulnerabilidad.

Las familias, al descargarse esta aplicación y hacer el pedido, no pagan nada sino que utilizan los bonos aportados por Cruz Roja, los cupones y las ofertas pertinentes. «El dinero de los bonos se va descontando de la cuenta de créditos que hayas ido adquiriendo en la aplicación», destacó el cofundador. De Miguel también explicó que, para adquirir los productos, el comprador debe ir al comercio correspondiente, una vez elegido el lote, y enseñar el componente de pago. Solo así podrá hacerse con los alimentos por valor de ese precio. Previamente, los usuarios han tenido que descargar aquellos cupones que les permitan comprar, repartidos por Cruz Roja.

La novedad en Violines es un código QR con el que se pueden hacer donaciones a una familia vulnerable y, así, brindarles la posibilidad de comprar en ese comercio. Joana Salas, clienta de esta carnicería, fue una de las primeras en participar. «Somos un grupo familiar de seis y esta ayuda nos vino muy bien; son tiempos difíciles», relató. También destacó que así adquiere verduras, frutas y algún que otro producto de carnicería o charcutería.

Santiago Muro, copropietario de Violines, destacó que la iniciativa es un producto local (en Logroño participan unos 30 pequeños comercios). Asimismo resaltó la capacidad de estas familias de aprovechar y 'estirar' cualquier alimento. Un método efectivo para que la gente «colabore con los productos frescos».

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