Pastos secos por la sequía el pasado mes de abril en San Román de Cameros. JUSTO RODRÍGUEZ
El análisis | Calentamiento Global

Un cambio climático irreversible

El ser humano comete un error al tratar de cambiar el entorno, advierte un experto de UNIR, que insta a «ajustarnos al agua que tenemos»

Domingo, 28 de enero 2024

El clima está continuamente cambiando y ese cambio climático es irreversible; es decir, va a ocurrir siempre, esté o no el hombre». Lo recuerda José ... Luis de Vicente Romeral, experto en Ciencias Ambientales y docente del Máster Universitario en Energías Renovables de UNIR. Y ante eso toca adaptarse. Pero el calentamiento global por las emisiones de gases de efecto invernadero, muy por encima de lo que es habitual, provoca un aumento de temperatura más rápido y muchas «anomalías meteorológicas como sequías graves, inundaciones», como las sufridas en La Rioja el mes de julio y que causaron cuantiosos daños. 2023 ha sido el año más caluroso desde que existen registros y las perspectivas para 2024 –esta semana ha sido un claro ejemplo de ello– no son tampoco optimistas: podría ser incluso más cálido.

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Y aquí llega el problema del cambio. La flora y fauna se adaptan al entorno mejor, en mayor medida porque los animales, por ejemplo, emigran buscando otra zona más propicia. Sin embargo, el ser humano «intenta cambiar el entorno para no moverse; evita su adaptación y eso es un error», señala. Porque, recuerda, «al final, el entorno ambiental va a poder contigo; por mucho que lo intentes paralizar, nunca vas a conseguirlo».

Cambiar nosotros

En este sentido, José Luis de Vicente desglosa algunos ejemplos de países que se están ajustando a las nuevas condiciones ambientales. Es el caso de Bosnia, donde han adaptado sus variedades de cultivo para hacer frente a las sequías, priorizando la explotación de melocotones frente al de manzanas.

Según el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático 2021-2030, las medidas que se están acometiendo se orientan a limitar los impactos, reducir vulnerabilidades y aumentar la resiliencia frente al cambio del clima. «Ahora mismo en España tenemos una sequía terrible. Debemos ajustarnos al agua que hay, por lo que deberíamos intentar dejar de realizar actividades con el agua que no tenemos».

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Pone el ejemplo de comunidades como Andalucía «donde se ha urbanizado de manera abusiva para el turismo» o de zonas como Jaén «donde se están regando olivos, que es un cultivo de secano, para que tengan aceitunas más grandes y puedan vender más».

Regar viñas

De Vicente no se olvida de La Rioja, «donde se riegan algunas viñas para una mayor producción, aunque hay variedades que se adaptan perfectamente al secano». Y reitera que es crucial recurrir, en caso del regadío, a sistemas de depuración de aguas residuales o de captación de agua de lluvia.

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«Lo que no puede ser es usar el agua de un recurso, como un acuífero, cuando hay necesidades de agua para el ciudadano y todo porque se hace una gestión insostenible de lo que es ese recurso. Pero también lo vemos con los frutales». Por ello aconseja a los agricultores que hagan un cálculo de su huella hídrica.

«Deberíamos dejar de realizar actividades con el agua que no tenemos»

José Luis de Vicente Romeral

Experto ambiental y docente en UNIR

Por eso también critica los trasvases de agua de unas cuencas a otras. «Se pierde mucha agua y de lo que se trata es de ser sostenible y adaptarse al agua que uno tiene».

No es concebible, en su opinión, acometer unas infraestructuras «con un impacto ambiental brutal» y recuerda que el agua que termina en el mar «no se pierde, sino que ayuda a mantener un equilibrio ecológico».

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De ahí que considere clave que el ser humano «aprenda a conocer su entorno y lo respete, porque si lo rompemos, vamos a tener un problema grave».

Cuando empecemos a pagar facturas de agua de 90 euros

José Luis de Vicente alerta de que las sequías, con este calentamiento global, «van a ser más seguidas, por lo que se hace necesaria una planificación hidrológica». En UNIR se ha implantado el Máster en Gestión Ambiental, donde se evalúa y analiza la huella hídrica de cualquier actividad «como venimos haciendo con la huella de carbono». Es decir, qué impacto hídrico tendrá el proyecto que se va a llevar a cabo en un determinado lugar. Incluso la inteligencia artificial o nuevas tecnologías como la IoT (internet de las cosas) están siendo empleadas, también en agricultura, para anticipar, entre otras cuestiones, las necesidades hídricas de una determinada planta, comprobar que no existen pérdidas de agua o buscar el método más óptimo y eficiente a la hora del riego.

Este experto avisa de que, en los próximos años, la única manera que tendrán los ciudadanos de ser conscientes del consumo de agua será «tocándoles el bolsillo». Recuerda que ahora mismo «el agua es gratis en España; lo que tú pagas es para que te llegue a casa y en unas condiciones higiénico sanitarias adecuadas».

Poner precio al agua

Por ello, vaticina que se va a aplicar un precio al agua, como ya se ha hecho con la luz, lo que llevará «a implementar medidas de ahorro». «Cuando empieces a pagar facturas de 80 o 90 euros al mes, en vez de 25, vas a preocuparte tú mismo de utilizar la menor cantidad de agua posible».

Este experto sostiene que «al ser humano cada día le cuesta más adaptarse, lo que le está llevando a una gestión insostenible de este recurso». Y señala que aún estamos a tiempo de revertir la situación. «Nosotros tenemos un problema global, que es el calentamiento global, pero podemos actuar localmente».

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