Lo que el penalti te da, el penalti te quita

Bien se podría afirmar que lo que los penaltis te dan, los penaltis te lo quitan. La UD Logroñés cayó el sábado en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey frente al Athletic desde los once metros. Ahí murió su sueño de eliminar al actual campeón de la Copa, sueño que, por otro lado, fue posible convertir en realidad merced también a los penaltis, pues la UDL llegó a esta ronda después de eliminar el Girona por esta vía. La del sábado era la novena ronda de Copa que el conjunto logroñés solventaba desde el punto de penalti. Ha ganado en siete ocasiones y perdido en dos.

«Perder así, en la tanda de penaltis, siempre duele más», resumía Sergio Rodríguez en la rueda de prensa posterior al partido. «Es doloroso, aunque estoy orgulloso del equipo, de su solidaridad, de su compromiso, de su esfuerzo y de su trabajo», señaló. Y es que el partido respondió a la planificación hecha, salvo por un detalle, el de la tanda que decidía todo. Lograron los blanquirrojos completar los ciento veinte minutos para abrir la puerta a la que era, posiblemente, su única vía de ingreso a los octavos de final. Pero ahí fallaron Alex Gualda e Imanol Sarriegi, como también lo hizo Nico Williams, que se quejó del mal estado del césped en el punto de penalti. De hecho, el Athletic cambió su quinto lanzador, reservado a Iñaki Williams y dio la responsabilidad a Unai Gómez. Un zurdo por un diestro. «Los habíamos preparado porque es una cosa que puede ocurrir. Han tirado los que pensábamos que era los mejores. Lo he consultado con Jon (Aspiazu, su segundo) y hemos decidido el orden», explicaba primero Ernesto Valverde, palabras que luego alteraba Unai Gómez. «En el último momento hemos decidido cambiar el último lanzador porque para los diestros estaba bastante peor. Ellos han fallado porque el punto de penalti se ha movido, a Nico también», decía el autor del último gol.

El de este sábado era el trigésimo tercer partido que la UD Logroñés jugaba en Copa del Rey, con el balance de diez triunfos, nueve empates y catorce derrotas. Su tope está en la ronda de dieciseisavos, en la que ha caído contra Valencia, en dos ocasiones, Sevilla, Real Sociedad y Athletic. Y esos nueve empates los ha solventado con siete triunfos desde el punto de penalti y dos derrotas, la de este sábado y la que vivió en La Planilla en agosto del 2016.

La primera cita de los blanquirrojos con la tanda de penaltis se produjo en septiembre del 2010 en Las Gaunas contra el Cerceda, y venció por 4-3 después de que Pablo, portero local, detuviera dos penas máximas. Fue su primera 'cara' en una suerte que más de uno la reduce a fortuna, pero en la que hay mucho trabajo previo, tanto en el lanzamiento como para el portero.

La UD Logroñés también solventó por esta vía y satisfactoriamente sus eliminatorias ante el UCAM, Adarve, Cartagena (en el estadio Cartagonova), Cádiz, Albacete y Girona. Especialmente dura fue la que protagonizó contra el Adarve y que se resolvió por 8-7 después de lanzar dieciocho penaltis entre ambos. Fermín Sobrón detuvo el séptimo lanzamiento madrileño a Ángel y, además, marco el definitivo 8-7. También desaprovecharon su oportunidad Jaime Paredes y Jacobo, que mandó el esférico a la grada.

Así, esta novena tanda de penaltis deja números más globales. La UD Logroñés ha vivido noventa y seis lanzamientos desde los once metros, cincuenta y tres de ellos a su favor. Ha marcado en treinta y ocho ocasiones, cifra a la que suma quince penaltis parados por sus porteros y errados por sus rivales. En el otro lado de la balanza ha encajado treinta y tres penaltis y ha desaprovechado diez, bien por demérito propio, bien por mérito del portero rival. Y si su serie frente al Adarve ha sido la mejor, con ocho penaltis convertidos sobre nueve, la peor la vivió ante el Calahorra, donde perdió por 3-1 y erró tres de los cuatro penaltis que lanzó. Fallaron Adrián León. Mendi y Chevi y solo marcó Pablo Espina.