Pelota | Torneo de San Mateo

Adiós de Jaka y Albisu por la puerta trasera

Este martes se reanudaba la feria matea, pero solo en el calendario, porque en la cancha apenas se vio pelota, sobre todo en el estelar, que es por el que el aficionado paga y ocupa su butaca, salvo contadas excepciones. El martes tuvo su reflejo en la grada, con una entrada que no alcanzó los seiscientos aficionados. No disfrutaron. En realidad, era un día temido.

Transitaba el partido por el 4-15 cuando la media docena de corredores que se dio cita en la cancha se sentaba en la primera fila y seguía el partido tranquilamente. Mal síntoma. No había enfrentamiento, no había emoción, no había movimiento en la grada. Y, lógicamente, tiene una explicación que se resume en una realidad: la superioridad de Peña y Mariezkurrena fue abrumadora, por un lado, y la ausencia de juego de Jaka y Albisu, también. No es habitual cerrar un partido en el que los tantos de una pareja sean, todos, por errores del adversario. Los seis que alcanzaron Jaka y Albisu se contabilizan en cuatro errores del delantero vasco y dos del zaguero navarro. Tan simple como preocupante.

Jon Ander Albisu, curtido en mil y una batallas, no estuvo fino el viernes en la primera noche en el Adarraga. Esta vez tampoco. Los tres tantos que entregó tras el saque inicial no hacían presagiar nada bueno. No fueron consecutivos, porque medió entre ellos un saque ganador de Peña, pero lo cierto es que los de azul se vieron rápidamente con 0-4 en el marcador sin apenas hacer nada. 

Mariezkurrena, con un error, frenó su propia escalada, pero no la detuvo. Llegaría el primer tanto de Peña en jugada y un saque, antes de dos errores del guipuzcoano, impreciso en esos primeros compases. Jugaba el marcador con las distancias, 1-6 y 3-6, pero las sensaciones no eran las mejores. Aun así, se mantenía en distancias discretas. 3-7 después un gancho errado de Jaka; 4-7, tras el primero de los tres fallos consecutivos de Peña, que mandó por segunda vez la pelota por encima de la raya que delimita la altura de la pared lateral. Aun cometerían un error más los de azul, de Peña, pero para ese momento el compromiso estaba totalmente decidido.

Jaka y Albisu no encontraban ni el juego ni el ritmo adecuados para pensar en ganar el compromiso. Ya habían dado muestras de su irregularidad el viernes, cuando entregaron catorce pelotas, más un saque, a Ezkurdia y Rezusta. Estos apenas tuvieron que arriesgar en su juego para ganar. Tampoco Peña y Mariezkurrena. Simplemente jugaron a la pelota. Sus rivales, sin embargo, sumaron doce fallos, a partes iguales, y además el zaguero encajó cinco saques. Diecisiete tantos. Cuando llegas a esas cifras es imposible ganar el partido.

Un tanto de saque fijó el noveno tanto azul. Un pelotazo de Peña, el duodécimo, que llevó a los de rojo al vestuario en busca de la paz que no tenían en la cancha. Agotaron sus dos tiempos sentados en sus respectivas sillas mientras Peña y Mariezkurrena peloteaban. Tenían hambre de cuero. Las imágenes eran tan elocuentes como la ausencia de respuesta.

Con 5-12 solo restaban acabar el compromiso. No había opción a la remontada. La grada estaba triste, silenciosa, sin ganas de nada, salvo de que acabase el partido y salir al bar para reanudar la tertulia y merendar. Lo mejor de la tarde, el bocadillo de sardina.

Así, esos doce tantos se redujeron a siete errores más de Jaka y Albisu, dos saques y tres tantos ganadores, uno de ellos del zaguero navarro. Al menos, éste, Mariezkurrena, ofreció pelotazos plenos, rozando el rebote, provocando la admiración en la grada. Ahora bien, no jugó obligado en ningún momento. El jueves será una historia diferente con Rezusta y Ezkurdia como adversarios. Este ,martes rehuyeron a Jaka y cargaron el juego sobre Albisu y le dio resultado. El jueves, además de jugar toca pensar.