Primera División versus Primera Federación
Detalles decisivos ·
La diferencia de jugar en una categoría o en otra quedó plasmada en acciones como las que configuran el gol de Navarro
El tercer clasificado de Primera División contra el cuarto por la cola en Primera Federación. La distancia actual entre la Real Sociedad y la Unión Deportiva Logroñes es patente, en cuanto a categorías se refiere. Y de alguna manera tenía que quedar plasmado sobre el césped de Las Gaunas ayer.
Es cierto que la diferencia en el marcador fue mínima y que el partido llegó con emoción a los últimos minutos, pero también lo es que la Real Sociedad supo manejar los tiempos del encuentro y apenas sufrió. Y eso es una aptitud que se adquiere cuando, prácticamente semana tras semana, te enfrentas a equipos de gran nivel.
Ahí quedó plasmado lo que es un equipo de Primera División. Pero también en otros detalles. Los controles son otro ejemplo. Difícil ver fallar este miércoles a un jugador de la Real Sociedad en alguno, así como complicado fue ver un desplazamiento que no llegase a su destinatario, amén de un par de Remiro en la segunda mitad. Precisión y calidad que valen dinero. Y en el potencial económico también está la diferencia actual entre la Real Sociedad y la UDL.
El protagonista del tanto de la Real es Brais: deja pasar el balón y convierte un pase intrascendente en una asistencia de gol
También en los duelos se apreciaban esas distancias. Chocar con Sorloth o con Illarramendi era hacerlo contra rocas imposibles de mover. Y eso que futbolistas del conjunto riojano como Markel, David Fernández o el propio Titi cuentan con el físico suficiente para plantarles cara.
Pero donde más salió a relucir la calidad del conjunto donostiarra, esa que a la postre define partidos, fue en el gol. En una acción que parece sencilla de ejecutar, pero que luego sobre el campo no es ni mucho menos fácil. Illarramendi mete un pase en profundidad a una zona en principio sin peligro, pero ahí apareció el futbolista diferencial en la tarde noche de este miércoles. No hizo falta que tocara el esférico para convertir ese envío en una asistencia de gol. Dejó pasar el balón como aquel que no quiere que le atropelle un coche de juguete que transita sin rumbo fijo por el suelo de casa y así dejó solo ante Gonzalo a Robert Navarro. Y después, claro está, hay que definir bien. Y el exfutbolista de la cantera del Barcelona lo hizo a las mil maravillas.
Un pase, dejar pasar el balón sin tocarlo y una definición. Tres destellos. Tres detalles. Detalles que deciden qué equipo pasa a la siguiente ronda de la Copa del Rey y cuál se queda, con honor, en el camino.
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