Sin portería es imposible competir
El Cuenca, que tuvo catorce paradas, pasa por encima a un endeble Logroño que se hunde
Entre los dos porteros profesionales del Ciudad de Logroño detuvieron este sábado un solitario balón en veinte lanzamientos. Luego, el tercer meta franjivino Javi Romeo ... paró cuatro. Un equipo que pretende competir en la Liga Asobal no puede ganar partidos con cinco paradas. Es imposible. Y mucho más en casa del Cuenca, que prácticamente no se despeinó para pasar por encima a un conjunto riojano demasiado endeble defensivamente y cometiendo errores de bulto en ataque. Un conjunto conquense que a diferencia del riojano sí tuvo respuesta en su portería: Ante Grbavac paró catorce balones. Al final fue 33-26 para los de Lidio Jiménez que dejan muy tocado a un equipo logroñés que volvió a mostrar, a ratos, su lado más indolente e indiferente.
Publicidad
El Ciudad de Logroño volvió a evidenciar los mismos problemas del fatídico encuentro contra el Granollers: endeblez defensiva y desacierto en ataque. Por suerte, no fue tan bestial como lo de hace ocho días en el Palacio de los Deportes frente al conjunto vallesano. Y eso que comenzó bien el cuadro franjivino, intenso atrás y combinando bien en la ofensiva, lo que hizo un inicio equilibrado de partido.
Sin embargo, cuando Grbavac empezó a tocar cuero, el Cuenca comenzó a abrir los primeros huecos. No jugaba mal el Logroño, pero se chocó con el guardameta, sobre todo desde el extremo y en lanzamientos sencillos. La portería conquense empezaba a coger ritmo. Todo lo contrario que la riojana, que en ese primer tiempo detuvo dos solitarios lanzamientos (uno de Markelau y otro de Javi Romeo, tercer guardameta que utilizó Velasco en esos primeros treinta minutos) en 21 intentos.
También es cierto que la defensa no ayudó a Jorge Pérez y Sasha Markelau (Javi Romeo ingresó en la última acción de esa primera parte). Al principio del encuentro fueron Teixeira y Nazaré los que enloquecieron a Serradilla y Javi Rodríguez; luego fue Pozzer el que encontró un paraíso a la espalda de los centrales. Y con ese panorama los porteros lo tuvieron muy complicado para detener los ataques locales, que para el minuto 13 ya habían alcanzado un hueco de cinco goles (10-5) lo que obligó al técnico segoviano a solicitar su primer tiempo muerto.
Publicidad
Entró El Korchi a comandar la ofensiva y el Ciudad de Logroño mejoró un poco. Pero no lo suficiente. El equipo franjivino ya no jugaba como equipo y dependía de las individualidades de El Korchi, Serradilla o Rivero, que fue de más a menos.
Así las cosas, el descanso se alcanzó con un 19-13 desfavorable para los riojanos pero no con las mejores sensaciones. De hecho, parecía ya sentenciado. El conjunto franjivino estaba obligado a mejorar su defensa y desde luego su portería si sus pretensiones pasaban por sacar algo positivo de El Sargal. Ni una ni otra y pese a que mejoró algo el ataque posicional, las diferencias estaban en las porterías: cuatro paradas en esa segunda parte contra nueve del bloque dirigido por Lidio Jiménez.
Publicidad
El Ciudad de Logroño mostró, además, su inmadurez y falta de experiencia, algo que parece le lastrará este curso. Las sombras de Casado y Moreira son muy alargadas y las respuestas no acaban de llegar.
¡Oferta especial!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión