«La Sala Negra es un sueño cumplido, aunque no puedo olvidar la pandemia»

– ¿Recuerda con qué espectáculo arrancó la sala?

– Sí, con una banda de música de Pamplona. Me gusta mucho el jazz y era una banda de jazz, funk y soul que trajimos a modo de inauguración.

– ¿Qué balance hace de estos cinco años de la Sala Negra?

– Siempre es muy positivo porque es un sueño cumplido que la sala esté funcionando, pero lamentablemente no me puedo olvidar de la pandemia, que ha sido muy dura y aún seguimos arrastrando como empresa. Hemos tenido mala suerte porque abrimos en el año 2018, por lo que cuando llegó la pandemia estábamos muy endeudados y la solución fue endeudarnos aún más. Aunque la actividad de la sala se ha recuperado, el resto de la empresa y lo que sustenta la sala no se ha recuperado todavía. Pero la valoración es maravillosa, estoy más que contento.

– La pandemia puso a la Cultura en la cuerda floja. ¿Llegó a planearse el cierre de la sala?

– Sí, hubo un momento en que sí.

– La Sala Negra está abierta a todo tipo de propuestas escénicas. ¿A qué más está abierta?

– Intento trabajar en todo lo posible, también en eventos e incluso se han llegado a celebrar bodas. El año pasado, por ejemplo, se hizo el Pint of Science (festival de divulgación científica) por primera vez. Es cierto que nuestra razón de ser es el teatro pero debemos rentabilizar el espacio y abrirlo a la sociedad.

– También habéis forjado sinergias con compañías de otras comunidades y con profesionales del sector.

– Sí, lo hemos llamado el Universo Dinámica Teatral e incluye la sala, producciones y relaciones con compañías. En este sentido tenemos a la compañía local residente Soneto Rojo. También está Iluna Producciones (Navarra), Xabier Artieda... un montón de compañías y artistas que se acercan a la sala y con los que surgen trabajos y posibilidades de crecimiento.

– De los artistas o compañías que han desfilado por la Sala Negra en estos cinco años, ¿qué destacaría?

– Nombrar a unos y dejar a fuera a otros es difícil. Diría que del 90% de la gente que ha pasado por la sala me encanta su trabajo, aunque a veces programo cosas que no me acaban de convencer pero al público sí le gustan. Si tengo que acordarme de algo importante quizá sería de Leo Bassi (actuó en marzo de 2019 con 'El último bufón') porque con él me di cuenta de la dimensión de lo que estaba haciendo; Leo me hizo ver cosas de mi trabajo en las que yo no había caído. Desde entonces tenemos buena amistad y fue una de las primeras personas en ponerse en contacto conmigo durante la pandemia para ver qué tal me iba.

– ¿La Sala Negra ha fidelizado a su público?

– Sí, después de la pandemia hay un grupo de personas, algunas de la cuales participaron en aquel 'crowdfunding' que hicimos para seguir adelante, que es fiel.

– El público familiar o el adulto, ¿cuál funciona mejor?

– Como pasa en todas las casas, el público familiar, y para ellos busco obras que no solo gusten a los niños sino también a los mayores.

– La Sala Negra también es un escenario para los propios alumnos de Dinámica Teatral.

– Sí, y nació por ahí. En 2017 nos encontramos con que la escuela iba muy bien pero no teníamos un lugar adecuado donde mostrar los trabajos de los alumnos, ya que el espacio que teníamos (en la calle Labradores) era incómodo para el público y actuar en la sala Gonzalo de Berceo cada vez se hacía más complicado. Apareció la posibilidad de este local y empezó a cuadrar todo. La escuela va recuperando el número de alumnos que teníamos antes de la pandemia (ahora rondan los 90) y la idea es que, si alguien se quiere dedicar al teatro profesional en La Rioja, tenga aquí un espacio formativo primero y luego, de trabajo.

– ¿Cómo contempla los próximos cinco años?

– Hay muchos retos. El hecho de estar en la Red de Teatros Alternativos es algo fantástico; recibimos propuestas de teatro de toda España y tengo un catálogo del que acabo de ver 70 obras, luego tengo un amplio conocimiento del teatro alternativo que quiero llevar por La Rioja. Intentaré distribuir obras fuera de Logroño porque creo que hay una carencia importante de teatro en los pueblos. Y dentro de la Sala Negra seguiré en la línea, porque estoy muy satisfecho y el público nos está respondiendo. Acabamos de arrancar producciones nuevas, tanto propias como en colaboración con Iluna. No paramos de generar proyectos y con mucha ilusión. Uno de los retos que yo tenía era vivir de una sala como esta, y lo estamos consiguiendo, aunque no dejo de reconocer que estoy pasando por un momento complicado en lo económico.