Bosonit cumple sus primeros diez años de vida, y su fundador y presidente –Miguel Fernández– recorre y analiza su trayectoria
Bosonit está de celebración y lo hace en una «época de calma y un momento dulce», según reconoce Miguel Fernández Morales, presidente y fundador de la firma, que recorre la historia de la compañía desde que hace una década dio sus primeros pasos. – ¿Cómo fueron los comienzos? – La decisión de montar la compañía la tenía desde un año y medio antes de hacerse realidad. Yo trabajaba en Londres y tenía la idea. Me faltaba la valentía para dar el paso, pero recuerdo, por ejemplo, que el nombre de Bosonit viene de que en aquellos momentos se descubrió el Boson de Higgs, la partícula que convierte la energía en materia. Pues yo me dije, ‘materialízalo’. Con la decisión tomada, estuve un año ahorrando porque sabía que los inicios iban a ser una época sin ingresos. Cuando tuve lo que consideré necesario me volví a España. Un año antes de volver definitivamente, vine a pasar las Navidades a casa, vi que había una convocatoria de plazas para el vivero de la Fombera y opté a una. Me la otorgaron y entrado el verano comenzamos la andadura. – Y ahí empezó usted solo – Sí, ahí empecé solo yo. Acudí a la Universidad de La Rioja para atraer becarios porque tenía muy poco dinero para contratar. Me acuerdo que preparé muy bien la presentación para que los alumnos se viniesen y ahí empieza el éxito de Bosonit, porque se incorporaron tres personas muy brillantes desde el primer año. En el segundo ya hubo un efecto llamada importante y llegó una promoción extraordinaria de chavales que eran puro talento. Bosonit empezó siendo talento porque no había un ecosistema de tecnología en La Rioja y menos en el ámbito de data, por lo que estuvimos dos años formándonos pero una vez de que ese talento tocó al cliente, todo fue para arriba. Dos años después salíamos de La Fombera 22 personas. – ¿Considera que fue arriesgado dar ese paso aquí en La Rioja? – Aquí y en cualquier sitio. Era otra época, había una demanda grande de personal cualificado, pero había y hay una barrera de entrada importante en el mercado, si tú vas a un cliente pequeño no consigues crear recurrente. Tienes que ir a grandes cuentas, pero siendo una empresa pequeña, sin referencias y deslocalizada no resulta fácil. Tienes pocas oportunidades y las que tienes las debes aprovechar. Nosotros hemos cometido muy pocos fallos en este tiempo. – Ustedes han apostado por los jóvenes desde el principio, y sigue con ello. – A mí lo que más me enorgullece es que hemos introducido en el mercado laboral a 900 jóvenes. Ahora estamos empleando sólo en La Rioja a 200, pero lo cierto es que en la región ya hay un ecosistema de tecnología al que creo que hemos contribuido mucho. – Mantienen su sede en La Rioja, pero han salido fuera. – Nuestra sede central sigue en Logroño, pero además En España tenemos Madrid, porque es un sitio en el que hay que estar, y luego tenemos también Málaga y Sevilla. En las tres sedes tenemos equipos a los que nos sentimos muy unidos, y luego que tenemos sede en Brasil y México, oficinas comerciales en UK, USA y Guatemala y dos hubs de desarrollo en Colombia y Ghana. Somos más de 500 empleados Todos los socios son trabajadores y riojanos, y nuestro primer empleado se ha convertido en socio este año.
– Cuando empezó hace 10 años, ¿pensaba llegar hasta donde ha llegado? – No. No teníamos un objetivo en número, lo que sí teníamos la idea es de tratar de ser los mejores. El autoempleo no me valía, yo quería una empresa grande y diferencial. Siempre hemos jugado a lo grande y hemos ido aprovechando las oportunidades que se nos han presentado. Además, nosotros hemos hecho posible la vuelta de parte del talento, tanto riojano como de fuera, que estaba en el extranjero – Una oportunidad que se presentó fue la de tener un edificio en Logroño. No pudo ser y, ¿piensa en retomarlo en algún momento? – No, ya no. Tuvo su momento y la verdad es que no creo que fuese un error, pero sí que no es nuestro negocio y quizá yo me vine muy arriba porque existió la oportunidad, estaba el dinero, estaba el proyecto, estaba la gente, pero los proyectos tienen una vigencia y si no, dejan de tener sentido, y en estos momentos ya no lo tiene. A corto plazo no volveremos a ir por esos caminos... – Hablando de los hitos de estos 10 años, ¿hay algo que usted guarde con cariño? – En este tiempo, que ha pasado muy rápido, ha sido como vivir tres vidas porque han pasado muchísimas cosas. Los primeros años son los que recuerdo con más cariño. Éramos todo ilusión, aunque eran los momentos más estresantes también. Se trabajaba de sol a sol, 24/7, porque es la única forma de sacar adelante un negocio. Luego, con ese talento del que hablaba fuimos innovando en los procesos para formar más rápido y llegar antes que los demás, y así además de talento, poco a poco fue llegando el conocimiento. Yo ahora miro, y el conocimiento que hay en las diferentes áreas de Bosonit es tremendo. No tiene nada que ver con lo que había al principio. Todas las disciplinas relacionadas con la Data, Advanced Analytics (IA)... ha pasado a ser una empresa innovadora a una empresa con mucho conocimiento que ayuda a empresas líderes del sector financiero, farma y retail a transformar su negocio. También recuerdo con cariño cómo iba llegando toda esa gente que sabía un montón y cómo entre todos hemos ido haciendo productos tecnológicos, nos hemos ido transformando y haciéndonos mayores. Esa época también la recuerdas con agrado, porque hay más calma, pero también hay una parte de sufrimiento porque para llegar hasta donde estamos ha habido que sufrir. Pero yo creo que el momento más dulce de todos es el actual. Hemos pasado por momentos en el que hemos dado mayorías a dos empresas y luego lo hemos recomprado, lo que nos ha permitido tener apoyos para crecer en los momentos en los que nos ha hecho falta, pero en los que hay que sobreponerse –cuando te sales– a tener socios que te apoyan. Las dos veces lo hemos hecho de forma satisfactoria. Así que ahora estamos tranquilos y con pocas ganas de meternos en otros ‘fregaos’. – Iba a preguntar precisamente por eso. Quería que me dijera qué retos de futuro se propone. – Los años que vienen ahora corresponderán a una expansión internacional más fuerte, seguiremos apostando por talento y la innovación de forma constante, pero con menos sacrificio porque gran parte del trabajo lo tenemos hecho.