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San Lorenzo sube aún más la temperatura en Ezcaray
El cohete abre las fiestas patronales, cuyo programa del 'día grande' pasa por la cima más alta de La Rioja
Calor sobre calor: el ambiental, sobre el meteorológico. Los termómetros comenzaban ya a desbocarse cuando Alain Santamaría, que sabe lo que es sudar la gota ... gorda, más por esfuerzo que por calor, prendió la mecha del cohete que abrió las fiestas patronales de San Lorenzo en Ezcaray. Ya están aquí, con una maleta cargada de actos, de alegría y devoción, para veranear en la 'Primera villa turística de La Rioja' hasta el martes.
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Su llegada estuvo precedida por la imposición del 'primer pañuelo' a todos los niños nacidos desde enero de 2021 hasta ahora, en torno a 18. Ahí estaba el futuro. Después, ante cientos de personas a las que la expectación e impaciencia no les cabía en el cuerpo, la Corporación se arracimó en torno al palco que sirvió de parrilla de salida del cohete, no sin que antes pregonara las fiestas Alain, un pedazo de deportista cuyos últimos méritos, de una larguísima lista, son cuatro medallas en el campeonato de Europa de carreras de montaña. Merecida designación honorífica.
«No soy una persona que pasea mucho por las calles. Siempre que tengo un momento, me marcho a ese paraíso en el que vivimos, a las montañas, donde soy feliz», dijo el deportista, que abogó por cuidar el entorno natural de Ezcaray, «en el que se pueden hacer mil actividades». «No he encontrado otro sitio mejor para vivir, para mi forma de vida», añadió, antes de referirse a «un gran disgusto» que vivió la localidad hace meses y pedir a todos que «nadie pierda la ilusión por vivir». Su intervención se epilogó con los vivas a Ezcaray y San Lorenzo, coreados al unísono por los presentes.
«No he encontrado otro sitio mejor para vivir, para mi forma de vida», dijo Alain Santamaría en su pregón festivo
Después, el cohete. Y, a continuación, la música, el jolgorio, la alegría y el 'caos'... Los cabezudos despertaron de su letargo y salieron a repartir como si no hubiera un mañana. Sus zurriagazos sonaban fuertes y secos, entre carreras y 'ayes' de aquellas contra quienes impactaban. Así, a velocidad de vértigo, la fiesta se fue extendiendo por las calles de la villa. Las asociaciones de la Tercera Edad y Mujeres de Ezcaray sirvieron unas 1.800 raciones del preciado 'choricillo'. Mañana, San Lorenzo, 'día grande' y alto, por cuanto pasa por la cima más elevada de La Rioja.
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