Lardero abre expediente para clausurar otras dos explotaciones ganaderas sin licencia

Estos dos expedientes de clausura se suman al de la explotación Ganados Vallejo (propiedad del padre del alcalde, Manuel Vallejo), dedicada al engorde de corderos y en funcionamiento desde 1977. La denunciante (la misma en las tres ocasiones) explicaba ayer a este periódico que esta última era la explotación que le afectaba directamente (por olores y por no cumplir la distancia mínima del casco urbano, aseguraba), pero que ante la inacción y dejadez del Consistorio decidió actuar: «Comprobé la situación de estas dos y vi que no cumplen con los requisitos», decía ayer a este periódico al tiempo que lamentaba que el Ayuntamiento de Lardero «no haya ordenado el cierre de manera cautelar de ambas explotaciones».

A pie de explotación, Carlos Lumbreras aseguraba ayer a este periódico no haber recibido notificación alguna sobre la decisión del Ayuntamiento. «Somos una empresa familiar, lo hemos pasado mal durante este periodo de la pandemia, hemos tenido que reducir cabezas de ganado, no hemos tenido contrataciones...», argumentaba señalando en todo caso que tras recibir la denuncia y ver lo sucedido con la explotación Ganados Vallejo, auguraba una resolución en la misma línea.

En su caso, el expediente apunta que «no hay constancia de la concesión de licencia (municipal) para dicha actividad». «La explotación es de los años 50 del siglo pasado, tenemos documentación desde el año 1958 y estamos en una zona rústica y alejada del casco urbano. Ningún vecino se ha quejado de malos olores, al revés, muchos de ellos vienen aquí con sus hijos para ver a los animales... Cumplimos todos los requisitos y toda la legislación y mi abuelo Policarpo Lozano sí que solicitó permiso o licencia al Ayuntamiento para instalar la ganadería», defendía ayer.

Lumbreras asume que tendrán que acudir a los tribunales para defender el futuro de la instalación y del negocio familiar que en periodo de festejos taurinos da trabajo a varias personas. «¿Y la documentación que tiene el Ayuntamiento de la concesión de aquella licencia? Si, como dice, es ilegal, ¿por qué durante todos estos años nos han estado cobrando tasas e impuestos?», completa.

Similar es la situación de Champilar, con cuyos responsables trató ayer de contactar este periódico sin conseguirlo. En su caso, en las alegaciones presentadas ante el Ayuntamiento de Lardero, sostuvieron que en marzo de 1993 «el jefe local de Sanidad emitió un informe por el cual se establecía que sí procedía la concesión de la licencia solicitada» y que su solicitud se reiteró en mayo de 1993. «La licencia se debió tramitar, en tanto contenía todos los requisitos y cumplía con la legalidad vigente en aquel momento». Pese a sus alegaciones, el Ayuntamiento determina que no consta la concesión de dicha licencia e inicia, también, el expediente de cese y clausura.