Adam Jeszka, con el relicario que guarda la sangre de Juan Pablo II y una imagen del Papa. :: sanda

Sangre de Juan Pablo II

El párroco polaco de Rincón de Olivedo trae un relicario con sangre del Papa y convierte a la zona en centro de veneración

SANDA SAINZ

Viernes, 3 de abril 2015, 17:57

La parroquia de Santa María La Antigua de Rincón de Olivedo cuenta con una reliquia del canonizado Papa católico Juan Pablo II. Se trata de una cápsula con sangre que se convierte a partir de ahora en uno de los elementos de veneración más importantes de la comarca.

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El párroco, Adam Jeszka, polaco como Karol Wojtyla (Juan Pablo II), comenta que la recibió del cardenal y arzobispo de Cracovia (Polonia), Stanislaw Dziwisz. La reliquia llegó junto con un certificado de autenticidad escrito en latín, firmado por el propio Dziwisz y con su sello de arzobispo. El documento está enmarcado en una de las dependencias de la iglesia.

En septiembre del año pasado, dentro de los cambios promovidos por el obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño, Juan José Omella, nombró a Adam Jeszka párroco de Rincón de Olivedo, Grávalos, Muro de Aguas y Ventas del Baño.

La llegada del sacerdote, de veintinueve años, ha revolucionado a los habitantes de la zona por su juventud, cercanía e interés por adaptarse a las costumbres e idioma (algunas palabras todavía se le resisten y no duda en recibir la ayuda de los feligreses). Ha traído cierto aire de modernidad y promovido iniciativas como ésta ya que fue suya la idea de solicitar la reliquia del Papa. Que se la hayan concedido es algo de lo que pocas parroquias, ya no en España sino en el mundo, pueden presumir.

Explica que la sangre de Juan Pablo II procedía de una operación a la que se sometió y que el cardenal Dziwisz, a la hora de enviarla, tuvo en cuenta la cantidad de jóvenes que viven en Rincón de Olivedo. Se trata también de una forma de preparar y promocionar la XXXI edición de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en julio del año 2016 en Cracovia.

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El simbolismo resulta más que evidente porque Juan Pablo II instauró la JMJ durante su pontificado, en Cracovia pasó gran parte de su vida y sintió la vocación sacerdotal y Dziwisz fue su secretario personal.

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