Reconocimiento a la historia viva de la blusa roja

Emocionado y profeta en su 'casa'. Ángel Sáez González, de 88 años, recibió ayer el homenaje de los suyos, La Rondalosa, y con la emoción y el orgullo de que su legado se perpetuará en la agrupación como se demostró con la presencia de tres de sus cuatro nietas: Lía, Abi y Lucía.

Antes de la entrega del galardón 'Ángel Jubera', con el que la peña recuerda cada víspera de San Mateo a quien fuera su presidente durante 32 años hasta su fallecimiento el 23 de septiembre de 2017, Lucía leyó unas breves líneas escritas con el corazón: «En toda esta andadura peñista has tenido la suerte de viajar y de conocer a muchas personas, incluso algunas famosas, como el gran Pablo Picasso. Eres nuestro mejor catador de migas y todos esperamos ansiosos tu veredicto, que suele ser: 'Están secas'. Siempre serás mi cocinero preferido. Pero quiero agradecerte sobre todo que me des siempre tan buenos y sabios consejos. Aunque este pequeño homenaje es lo que siempre se dice en los funerales cuando recordamos a la persona que se ha ido, yo prefiero hacértelo vivito y coleando. Muchas gracias por todo, te quiero mucho, abu».

Tras recibir el premio, a Ángel Sáez le tembló un poquito la voz y prefirió no alargarse en su agradecimiento: «Creo que esto tenía que ir para más personas, al menos dos más, que fuimos los que tiramos todo esto para adelante junto con la rondalla, que por desgracia la tuvimos que dejar. Gracias a todos y que esto siga creciendo, ya tenéis simiente y la que tiene que venir. Viva San Mateo», remató el homenajeado mientras la charanga hacía retumbar las paredes de una sede presidida por una mesa en la que generosas raciones de embutido, queso y vino esperaban a los brindis con los presentes, incluido el alcalde, Conrado Escobar, y los Vendimiadores.

Unos minutos después, Ángel, que llegó a La Rondalosa en 1951, rememoraba para Diario LA RIOJA cómo la peña resucitó a mediados de los setenta. «Entre 1975 y 1977 refundamos la peña y pusimos a andar a la vez la sociedad gastronómica y la rondalla. Nos juntábamos cuatro –Santiago Ribera, Emilio Marañón, Félix Martínez, que nos ha dejado este año, y yo– todos los martes en 'El Soldado de Tudelilla' a merendar y como el bueno de Tomás empezó a meternos buenas bofetadas, íbamos con la bolsita de casa y empezamos a soñar con tener una sociedad gastronómica. Ellos eran verdaderos artistas y yo aporreaba la guitarra y así empezó todo», relataba el homenajeado. «Para mí es una gran satisfacción todo esto y, cómo no, la sociedad gastronómica, porque soy un cocinillas», se despedía con un guiño.

• Temas
• Fiestas de San Mateo en Oviedo