En el tajo con el calor como acompañante

Mientras los que pueden buscan el frescor de una piscina, una bebida refrescante o un refugio a la sombra, hay otros que tienen que afrontar las altas temperaturas mientras trabajan. El calor se suma al esfuerzo que realizan de por sí en el trabajo. Son muchos los que no pueden huir de la sofocante calorina que se está dando en muchas localidades riojanas.

No hay expeciones. Todos los que desarrollan su jornada a la intemperie coinciden en la importancia del agua para sobrellevarlo de la mejor manera posible. Un ejemplo es Julio, que trabaja en una empresa de mudanzas: «Con este tiempo, lo importante es el agua, si no te da algo». Explica que «dentro de las casas, la mayoría de veces no tira el aire. Además, para subir y bajar las cosas hay que hacerlo por las escaleras». Los viajes que hace al camión son innumerables y el esfuerzo físico, con este calor, supone toda una dificultad.

El caso de Tina y Jano es parecido. Son camareros del bar La Rosaleda en Logroño y explican también que «se pasa muy mal con los viajes entrando y saliendo». «Raro es que no se haya desmayado nadie», comenta Tina bromeando. La clave para ella es refrescarse. En eso coincide con la de Julio: el agua. «Tienes que estar todo el rato bebiendo mucha agua para estar bien hidratada», dice. Pero cuenta que su truco es el azúcar para no perder energía y que «no te dé el mareo». En su caso, cuando Tina entra al bar se puede refrescar con el aire acondicionado y señala la importancia de este para atemperarse unos minutos antes de volver a salir al calor de la terraza para atender a los clientes que huyen también del calor sofocante.

Su compañero Jano explica detrás de la barra, mientras prepara las bebidas que saca Tina a los clientes, que «son ciclos, pero todos los veranos es lo mismo, la clave es aguantarlo». Él también atiende a los clientes del bar-restaurante y conoce lo difícil que puede resultar en ocasiones lidiar con las altas temperaturas en su puesto de trabajo, pero señala que «se aguanta».

Otro trabajo que no entiende de frío o de calor es el de la construcción, donde sea verano o invierno, las temperaturas actúan sin miramientos. Alberto y Francy son expertos en sobrellevar lo que se les venga y afrontarlo como pueden. El primero comenta entre risas que su solución en verano para llevar de la mejor manera las olas de calor es «metiéndome debajo del grifo». «Se suda mucho, en sitios cerrados además no corre el aire y no hay ventilación», continúa. También lo suele afrontar yendo a la tienda a por algo refrescante para beber. «Suelo ir a por agua o Coca-Cola, bueno mejor a por Aquarius que tiene más vitaminas», explica.

Estos son solo tres ejemplos de la otra cara de la ola de calor, la parte que no es la diversión en las piscinas y la playa, en donde el bochorno no pesa tanto como trabajando.

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