La Rioja se refresca ante el bochorno

Este miércoles ha llegado para muchos el primer chapuzón y ni siquiera zambullirse en el agua parecía suficiente para sacudirse el calor de encima. La temporada de piscinas que comenzó en varias localidades riojanas es doblemente esperada. Por una parte, por esa normalidad que en los dos últimos veranos tanto se ha extrañado, y por otra, debido a los termómetros elevados desde hace semanas y disparados en la actual. La Rioja no han alcanzado esos 40º anunciados, pero sí los ha rozado, con máximas de 39,7º en Calahorra.

Sin duda las temperaturas son atípicas. Lo normal es que en el mes de junio Logroño cuente con máximas aproximadas de 27º y ayer alcanzó los 38,5º, un ejemplo del calor que se mantiene en toda la región desde hace días y que se intensifica ahora. A las 15.00 horas muchas localidades riojanas ya habían batido ayer su récord de este mes con todavía varias horas por delante para seguir subiendo. Y así ocurrió, llegando, además de a ese tope de 39,7º en Calahorra, a 38,7º en Alfaro, 38,8º en Haro, 36,7º en Santo Domingo... No se libraron zonas más frescas de la región, como los Cameros, con Villoslada marcando 31º, o la Demanda, donde Ezcaray registró su pico en 34,8º, una temperatura que se sitúa entre sus máximos históricos.

Con ese panorama, la piscina es uno de los lugares más buscados y este miércoles, por fin, muchos han podido darse el primero de todos esos baños que presagia un verano con los termómetros por encima de lo habitual. En Logroño, Las Norias se ha estrenado con importante afluencia y un sentir general en los corrillos: las piscinas han abierto demasiado tarde. «Llevamos con calor desde hace semanas y tal y como viene el clima todos los años deberían estar ya desde el 1 de junio», apuntaba Javier. En la misma línea hablaban Anabel y Mayte, habituales de las instalaciones municipales y unas de las primeras en tomar posiciones. «Con estos calores tendrían que darse cuenta de que hay que abrir antes», añadiendo que también en el horario matutino se va tarde: «Antes a las 10 podías bañarte, ahora debes esperar hasta las 11».

La imagen de las piscinas, además, nos hace regresar al verano de 2019. Desaparecen las mascarillas, los aforos o las citas previas. Plena normalidad para disfrutar de un espacio tan apreciado que además de en Logroño también ha estrenado temporada en Haro y Nájera y lo hizo días atrás en Calahorra, Alfaro, Arnedo... Pocas veces fueron más oportunas, en una semana de noches a 20º y varias tardes que amenazan con alcanzar la cuarentena.