Peregrinos en busca de la experiencia jacobea original
Un grupo de profesores de Historia camina a Compostela para «visitar sitios» porque «lo disfrutamos mucho»
A media mañana del pasado viernes un variopinto grupo de peregrinos lavaba su ropa en el albergue de Santo Domingo de la Calzada. Enfrente, en la plaza de la Alameda, algunos almorzaban para continuar su recorrido hacia Grañón pero otros decidieron descansar y alojarse en el albergue de la Cofradía del Santo, como Juan Antonio López Pardo, alicantino bonachón que confiesa hacer el Camino de Santiago para cumplir «una ilusión que tenía». Hace tres años Juan Antonio inició la Ruta Jacobea desde Roncesvalles y llegó a La Rioja y ahora la retoma con intención de completarla, sin un motivo concreto, ni religioso ni espiritual ni deportivo, simplemente «porque me gusta».
Maialen San Juan, de Zarautz, forma parte de un grupo de amigos de la universidad que empezó a hacer el Camino de Santiago el año pasado y continúa este año con el deseo de «vivir la experiencia de andar, visitar sitios... no por motivos religiosos». Y es que, apunta un compañero, son profesores de Historia y «nos gusta ver piedras», bromea Txomin Campo. Así, no pasan un pueblo sin visitar sus iglesias y catedrales. Cada año quieren dedicarle una semana al Camino y este empezaron en Estella con idea de llegar a Burgos.
Yendo en grupo, en lugar de ir a hotel, hostal o albergue privado, han decidido pernoctar en albergues porque «es lo más auténtico, donde más gente conoces y, también, es más barato», subraya Maialen. Txomin también es guipuzcoano, «pero de San Sebastián», especifica. Como les gusta el turismo, caminar y la Historia, «lo disfrutamos mucho», asegura. Y defiende la concepción clásica de andar, en lugar de en bicicleta, y los albergues, en lugar de hoteles, porque «así conoces a la gente de los pueblos, los conoces, y lo vives más, una semana al año no hace daño», añade con humor Txomin. Profundizando en su conocimiento, Txomin destaca que «es muy interesante comprobar la diversidad que hay entre regiones, incluso cómo cambia la arquitectura entre valles, hasta la manera de ser de la gente, que siempre es muy amable, eso es verdad, y se agradece».
Parece que el motivo cultural y social ha reemplazado definitivamente al religioso y deportivo. Esperando su turno para lavar sus prendas se encontraba María, de EEUU, quien también realiza el Camino de Santiago andando y, en su caso, sola. En su opinión, hay etapas «muy difíciles» pero, no obstante, subraya que lo mejor es que «conozco a mucha gente diferente».
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