Llega el primer autobús de refugiados a La Rioja
Solidaridad ·
Regresa la expedición riojana que ha ayudado a 38 personas a salir de Ucrania, aunque solo 5 se quedarán en LogroñoAl mediodía de este miércoles llegó a Logroño el autobús que partió hace una semana de la capital riojana rumbo a Ucrania cargado con material médico. La expedición ha ayudado a que 38 personas salieran de allí, aunque solo ocho se trasladaron finalmente a Logroño (y tres de ellos viajarán hoy a Madrid), habiendo dejado al resto antes en ciudades de Francia como Bayona y Pamplona. El pasado lunes, sobre las 14.15 horas, partieron de regreso desde Przemyśl (Polonia) y pasadas las 12.00 llegaron al hotel Murrieta. En total, unos 6.500 kilómetros.
«La ida fue bien pero la vuelta ha sido mucho más dura de lo que pensábamos, se nos complicó porque se puso una niña mala, lo que nos alargó el regreso», explicó Paula Ballvé, una de las organizadoras del viaje y trabajadora de Fundación Promete. «Hemos ayudado a que puedan salir de un país que está siendo invadido y comenzar aquí una nueva vida. En Logroño estarán el tiempo que necesiten hasta que puedan volver», añadió Ballvé.
Entre los ucranianos llegados a Logroño hay dos madres con hijas de 2 y 15 años y una suegra, con movilidad reducida. «Hablan muy poco de lo vivido allí porque han dejado a sus hermanos, padres y amigos. Cuando les preguntas ni siquiera pueden contestar porque se echan a llorar. A la salida del centro de refugiados nunca he escuchado un silencio tan triste, las miradas por las ventanillas lo decían todo», describe Ballvé. Yana Alesyuk, una de las ucranianas que partirán este jueves a Madrid, deseaba que la guerra termine para regresar a su casa. «Es horrible lo que pasa allí, yo tenía miedo de estar en Kiev. Mi madre y mi marido se han quedado y espero que estén bien. Creo que aquí podemos estar tranquilos, sin bombas ni miedo», relató Alesyuk.
«Hemos ayudado a que puedan salir de un país que está siendo invadido y comenzar una nueva vida»
Santiago viguera
Chófer del autobús
«Ver a los niños y a la gente mayor abandonando su vida con una mano delante y otra detrás nos partía el alma»
paula ballvé
Organizadora del viaje
Santi Viguera y José Antonio Barrio fueron los chóferes, que llegaron cansados pero satisfechos. «En Polonia la vida parecía normal, pero la cara de los ucranianos era de desubicación. Ver a los niños y a la gente mayor abandonando su vida con una mano delante y otra detrás nos partía el alma», declaró Viguera. Barrio recordó cómo la noche que pasaron cerca de la frontera con Ucrania se escuchaban los aviones y no durmieron tranquilos.
«Nos enteramos que, por ayuda humanitaria, se nos exime de los obligados tiempos de conducción y descanso, así que hemos conducido 4.30 horas cada uno, parando 9 horas al día para descansar y dormir», contó Viguera. «Ha sido como las maratones, sin parar, o parando más por la gente que por nosotros. Se montaron con mucha tensión y a medida que nos alejábamos de la frontera los hemos notado más tranquilos», añadió Barrio.
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