La herencia que recibe Capellán

El legado que deja Concha Andreu a quien será su sucesor está lleno de claroscuros. El nuevo inquilino del Palacete se encontrará con varios frentes abiertos. Uno de ellos, quizá el más urgente, como así lo reconoció el propio Gonzalo Capellán, es el sistema de salud. La falta de médicos, unas abultadas listas de espera y una Atención Primaria colapsada son parte de la herencia 'envenenada'. Salvo por los datos del paro, que cierran la legislatura con una más que razonable tasa de desempleo del 8,5%, las aguas también bajan revueltas en lo económico. Ni las cifras del PIB ni unos precios al alza favorecen un clima de calma. La receta para aliviar la carga de la cada vez más cara cesta de la compra vendrá de la mano, al menos así lo anunció Capellán, de un alivio fiscal para los contribuyentes.

En Educación el viento tampoco ha soplado a favor de los dos titulares del ramo que se han sucedido a lo largo de toda la legislatura. Cuatro años convulsos, especialmente en la primera etapa, con Luis Cacho de consejero, pero que nunca han terminado de amansarse. Capellán tendrá que aplacar los ánimos de una comunidad educativa que vive a caballo entre la Lomloe y la Lomce, con un proceso de estabilización de los interinos y con un gremio enfadado por la, dicen, falta de previsión de la administración.

La agricultura será otra de las prioridades de Capellán. Tendrá que plantar cara a unos excedentes de vino históricos y unas perspectivas de comercialización con muchos aguaceros, y todo, a las puertas de la próxima vendimia. Pero para lidiar con todas estas cuestiones, así como con los proyectos europeos en marcha, el futuro presidente tendrá que diseñar la estructura de su gobierno. Se comprometió a adelgazar la administración eliminando, en principio, la Consejería de Igualdad, pero del resto, por ahora, poco se sabe. Solo su libreta, él y los elegidos tienen la respuesta.

Una apuesta rotunda por el híbrido. No, no se trata de un anuncio de automóviles. Es, no parecen quedar dudas, la hoja de ruta que el futuro Gobierno de La Rioja, que va a liderar el popular Gonzalo Capellán, ha diseñado para el sistema regional de salud.

Los cuatro años de Ejecutivo de Concha Andreu tocan a su fin, una legislatura en la que la presidenta ha cumplido su compromiso de «devolver a la sanidad pública lo que jamás debió salir de ella»: parking del Cibir, implantes de Prótesis Valvular Aórtica Percutáneas (TAVI) tras seis años en manos de Viamed-Los Manzanos, atención de los heridos leves en accidentes de tráfico en el Seris, reinternalización del servicio de Cardiología y colaboración con el sistema público de Salud de Navarra, cirugías de cataratas, Radiología, integración de Fundación Hospital de Calahorra en el Seris, fin de la externalización del transporte sanitario, asunción por parte de La Rioja Cuida del teléfono de emergencias 112, reversión completa del servicio de Hemodiálisis... Andreu culminó el retorno a la vía pública una vez cegados todos los senderos trazados por los gobiernos populares en un cuarto de siglo.

Pero la sanidad riojana vuelve a escuchar melodías de concierto. No se ha anunciado nada, pero Capellán ha dado pistas inequívocas: «Andreu ha antepuesto una razón ideológica al servicio a los ciudadanos. Si quiere usted, salimos a la calle y preguntamos a diez, quince personas si les preocupa si hay colaboración público privada para que le atiendan o si cuando van a un hospital saben si eso ha sido concertado, externalizado o no. Lo que le van a decir es: 'Mire, yo lo que quiero de verdad es ir a Urgencias y que no estén colapsadas, no quiero tirarme seis meses esperando a que a mí me atiendan quirúrgicamente'». ¿Qué vamos a hacer? Muy claro, anteponer la atención a los riojanos en los servicios sanitarios y buscaremos las medidas que sean más eficaces con todos los recursos que tengamos en el entorno para que sea una atención más cercana, más eficaz y más rápida», avanzó en una entrevista con Diario LA RIOJA en vísperas de la cita electoral del 28M.

El diagnóstico no es bueno: listas de espera quirúrgica duplicadas respecto a la época prepandémica, 97 días de demora media y 8.000 pacientes en listas; déficit de médicos; colapso en Atención Primaria, salud mental... Pendiente de tratamiento.

Gonzalo Capellán recibe una herencia económica con claroscuros. Puede enorgullecerse Andreu de haber cerrado su mandato con una tasa de paro más que aseada, con un 8,5% de desempleados el pasado mes de mayo (13.655 personas, la cifra menor desde octubre de 2008) y un récord de cotizantes en La Rioja: 137.567. Echando la vista atrás, en agosto de 2019, el número de parados llegaba a 15.183.

Después de la pandemia, los ERTE, la reconstrucción, la guerra de Ucrania, los fondos europeos... La Rioja, como el resto de Europa, se ha visto envuelta en un período convulso, con indicadores preocupantes, como que el PIB riojano no haya llegado a la cota precovid y su crecimiento se haya ralentizado y situado por debajo de la media nacional. Aunque, sobre todo, lo que enciende las alarmas es el alza de los precios, asfixiante para muchos bolsillos (y empresas): un 5,8% de subida del IPC en 2022.

La lucha contra la inflación será uno de los caballos de batalla de Capellán, que irá de la mano de la fiscalidad (el PP anunció importantes rebajas a los contribuyentes) y del prometido apoyo a las empresas riojanas en materias como internacionalización o competitividad.

El designado para dirigir la educación riojana, una vez que Gonzalo Capellán nombre a su gabinete, tendrá por delante un importante cometido: calmar los ánimos encendidos de una comunidad educativa que se enfrenta a un final de curso que ha tenido un pie en la Lomce, en los cursos pares, y otro en la Lomloe, en los impares. Dos leyes educativas que han convivido con más dudas que certezas y que han provocado un malestar prácticamente generalizado en toda la comunidad educativa que, a lo largo de los últimos cuatro años, se ha lamentado de la falta de diálogo de la Administración.

El sector también vive pendiente de lo que ocurra el 23J. Del resultado de las urnas dependerá la supervivencia de la también llamada Ley Celáa. Hasta ahora, la nula capacidad de alcanzar un pacto nacional ha abocado a los centros educativos a encadenar reforma con reforma sin que ninguna llegue a cuajar.

Eso, a grandes trazos, porque en el trazo corto la red concertada respira con alivio tras el desembarco de los populares en el Palacete. El viento sopla más a favor de este modelo educativo. Ese soplo de oxígeno se convierte en bocanada para Alcaste que tras el curso 2024-2025 podía perder su sostén de dinero público si continuaba con su política de segregación por sexo. Precisamente, la eliminación del concierto educativo con aquellos centros que separan al alumnado por sexo era uno de los puntos recogidos en el acuerdo firmado en La Rioja entre el PSOE, IU y Podemos. Amortizado el Ejecutivo de Andreu, la pelota está ahora sobre el tejado de quien gobierne tras el 23J. De lo que ocurra entonces también dependerá que se despeje o no el porvenir de este colegio vinculado al Opus Dei.

El futuro consejero heredará una educación más digitalizada que nunca, a la que tuvo que adaptarse a marchas forzadas en lo peor de la pandemia. Pero también tendrá otros frentes de no menor calado. El proceso de estabilización del profesorado tiene encolerizados a los interinos riojanos, muchos de ellos con más de veinte años de experiencia en las aulas de la región, que se ven con un pie en la calle y con una indemnización que tendrán que pelear en los tribunales.

Atrás quedó el polémico artículo 55, con pautas de comportamiento para los docentes, que el departamento de Uruñuela tuvo que modificar tras la airada protesta de los profesores. Quedan otros frentes, como la falta de la publicación de la convocatoria de oposición de PT en maestros, el exceso de burocracia, la negociación de plantillas y cupos para el próximo curso, la publicación inmediata del horario de acordado de maestros... la lista es larga.

La Rioja presentó cuatro proyectos para aprovechar los fondos europeos Next Generation: el Valle de la Lengua, la Enorregión, la Ciudad del Envase y del Embalaje y el Territorio Digital de Servicios. De todos ellos, el que más avanzado se encuentra es el del Valle de la Lengua. El pasado 26 de mayo, el Ministerio de Asuntos Económicos, la entidad pública Red.es y el Gobierno de La Rioja firmaban un convenio para poner en marcha algunas iniciativas asociadas al proyecto. En total, se destinan 44,7 millones de euros (20,8 aportados por el Estado y el resto por la comunidad autónoma) para la creación del Centro de Inteligencia de la Nueva Economía de la Lengua –que tendrá su sede en el antiguo edificio de Corazonistas–, y para acrecentar la expansión de Dialnet Global. El futuro presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, hereda este proyecto en marcha, una iniciativa de enorme ambición (fomentar la inteligencia artificial en español), pero que todavía debe concretarse. Capellán ya ha anunciado que quiere redefinir la faceta cultural del proyecto, Voces de la Lengua, que ha programado conciertos y actuaciones teatrales en el valle emilianense. Según su criterio, este abanico de actividades no crea riqueza en la comarca y propone, en su lugar, apoyar a los egresados de la UR para ir tejiendo en la zona una red de academias de enseñanza del español.

También propone Capellán modificar el proyecto de la Ciudad del Envase y del Embalaje. De momento, se sabe que el centro se va a instalar en Calahorra, en el polígono El Recuenco y que su construcción debería empezar a finales de año, con un presupuesto estimado de 12 millones de euros. El futuro presidente quiere «reconducirlo en diálogo con el sector para que sirva a los intereses de las empresas».

Concha Andreu, tras el sonoro ajuste que llevó a cabo en verano de 2020, cuando suprimió la Consejería de Gobernanza –encabezada por el antiguo secretario general del PSOE Francisco Ocón–, ha terminado su mandato con ocho departamentos: Servicios Sociales y Gobernanza; Desarrollo Autonómico; Educación, Cultura, Deporte y Juventud; Salud; Hacienda y Administración Pública; Sostenibilidad y Transición Ecológica; Agricultura, Ganadería, Medio Rural, Territorio y Población; e Igualdad, Participación y Agenda 2030.

Cada presidente puede organizar su gobierno como mejor crea conveniente y, por el momento, conocemos el propósito de Gonzalo Capellán de suprimir la Consejería de Igualdad. Con esta decisión busca distanciarse de la controvertida trayectoria de la aún titular del departamento, Raquel Romero, aunque queda por ver cómo encaja las competencias de Igualdad en su organigrama. La voluntad del PP es adelgazar la administración, pero ahora habrá que decidir qué organismos autónomos públicos sobreviven y cuáles no..., si acaso se cierra alguno.

En este punto cobra especial importancia la Delegación para el Plan de Transformación. Andreu decidió crear un organismo autónomo, que dependía directamente de su oficina, para gestionar los proyectos que debían recibir fondos europeos. En su momento el Partido Popular criticó este movimiento por su opacidad, así que ahora Capellán deberá decidir si lo suprime y qué parte de su gobierno se encarga de esa labor.

La todavía presidenta en funciones de La Rioja, Concha Andreu, se definió en plena campaña electoral como «la presidenta de los agricultores», aunque nada más lejos de la realidad. El enfrentamiento del sector primario con el Ejecutivo riojano ha sido una constante desde el inicio de la legislatura. Por ejemplo, la falta de planificación territorial de las inversiones en energías renovables sobre suelos agrarios o las políticas de protección del lobo llevaron al sector al convencimiento de que los intereses de la Consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica estuvieron siempre por encima de los del departamento de Agricultura y Ganadería.

A ello se suma una situación crítica de agricultores, y sobre todo ganaderos, que ya estaban protestando por la falta de rentabilidad incluso antes de la pandemia, con un continuo encarecimiento de los costes de producción –agravados ahora por la inflación y la guerra– y escasas perspectivas de repercusión en los precios finales percibidos pese a las buenas intenciones de las modificaciones de la Ley de la Cadena Agroalimentaria. Tampoco gusta la nueva PAC, con más burocracia y que obliga al perceptor a ser más 'verde' pero sin compensaciones económicas a cambio. En otros momentos, el sector del vino siempre fue un refugio para las rentas de los agricultores, pero en la actualidad atraviesa también un momento crítico, con unos excedentes históricos y unas perspectivas de comercialización con muchos nubarrones. De hecho, el próximo presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán, ya anunció que la sanidad y la agricultura iban a ser prioridades casi urgentes para su nuevo gobierno.

En el caso del sector del vino –que incluso protagonizó un plante unánime e inédito a Andreu ante lo que consideraba inacción ante la demanda de ayudas para destilar vinos–, Capellán se comprometió en la campaña a poner sobre la mesa 32 millones (16 este año y otros tantos el siguiente) para destilaciones y medidas para aliviar la crisis de excedentes.

La vendimia se acerca y la presión de los excedentes puede dejar a muchos viticultores sin bodega para entregar sus uvas, por lo que Capellán tendrá que coger el toro por los cuernos nada más constituir su gobierno. Andreu, pese a las propuestas iniciales del sector, llegó a comprometer también 15 millones para destilaciones, pero las elecciones han llevado la pelota al tejado del PP y del nuevo presidente.

• Temas
• Gonzalo Capellán
• Concha Andreu