Adiós con honor de Imaz y Larrazabal

Volvían los vigentes campeones al frontón Javier Adarraga para iniciar la defensa de su reinado. Altuna III y Martija, una pareja con solera y consolidada a base de coincidir en un verano especialmente activo para ambos pelotaris. Sus rivales llegaban a la cita con una gran obligación, la de ganar. Era vencer o decir adiós para Larrazabal e Imaz, que el domingo habían perdido contra Javier Zabala y José Javier Zabaleta por 22-14. Pero ni la victoria les valió a los azules (las cuentas de puntos sumados y encajados les salen negativas) que, sin embargo, dicen adiós al torneo con todos los honores, después de un partidazo en el que ganaron por 18-22.

Por momentos, el duelo parecía estar en el tejado de los campeones, pero la valentía de Larrazabal y un Imaz que se convirtió en una pared que devolvía todo tuvo su recompensa pese a quedar eliminados. El numeroso público que acudió ayer al Adarraga disfrutó de lo lindo y les agradeció el gran espectáculo brindado.

Comenzaron más activos los azules, con un Larrazabal muy activo que se notaba cómodo sobre la cancha frente a un Martija fallón de inicio, aunque no había diferencias en el luminoso. De hecho, el tanto más largo llegó en el 5-5 y fue para un Altuna que, después de 68 pelotazos, se sacó de la chistera un dos paredes prodigioso al que no pudo llegar su rival en los cuadros alegres. Puntazo. No fue el único, ni de Altuna ni de los azules, aunque Larrazabal combinaba grandes pelotazos con errores al asumir riesgos. En uno de esos fallos, con el 8-9, se dañó el pulgar de la mano derecha. Se fue dolorido a vestuarios pero regresó después de un largo rato.

Se hizo entonces Altuna dueño del partido, con un Martija más acertado. Les costaba ya sumar a los rivales. A los colorados les funcionaba la estrategia de fundir a Imaz, que devolvía todo lo que podía pese a ser acribillado por los contrarios mientras su compañero apenas podía ayudarle. Se puso el partido franco para los campeones. 11-16. Se podía pensar en que los azules estaban a punto de sacar la bandera blanca, después de defenderse con uñas y dientes y atacar en cuanto podían. Pero no fue así.

Larrazabal cortaba de forma magistral la tacada de cinco tantos de sus contrarios y abría otra tanda a su favor de ocho (16-19) entre la satisfacción, los cánticos y las ovaciones de una grada volcada a su favor. Altuna había desaparecido y Martija no podía solo.

Con esos 16 tantos en contra, Larrazabal e Imaz ya estaban eliminados pasara lo que pasara. Todavía recibieron dos más. Era lo de menos. Cuando alcanzaron el cartón 22 se fundieron en un intenso abrazo. Gloria para los vencedores, que se despiden por todo lo alto.

Mañana, a Altuna y Martija les esperan un Javier Zabala que sueña con alcanzar su primera final del torneo mateo en su estreno en el cartel y un José Javier Zabaleta que busca su segundo triunfo en la feria tras el logrado en 2021 con el pelaire Víctor como compañero.

Al riojano y al de Echarren les vale con la victoria para hacerse con la primera plaza del Grupo B. También podrían alcanzar la final si caen pero alcanzan el tanto 17, gracias al margen de ocho tantos con el que cuentan de la primera jornada, aunque sería mala estrategia pensar en ello de inicio ante unos rivales de tanto poderío.

Por otra parte, en el primer partido de la tarde, el único con presencia riojana ayer, Zubizarreta III y Salaverri II se impusieron por 11-18 a Salaberria y Arbizu. El fuenmayorense comenzó con errores pero acabó cogiéndole la distancia a la pelota para acabar superando a Arbizu, acompañado de un solvente Zubizarreta. Se quitó así el riojano el mal sabor de boca del pasado domingo, cuando cayó junto a Urrutikoetxea ante el pelaire Darío y Erostarbe (20-22).

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