Un punto de oro sobre la bocina
Aitor García empata 'in extremis' un choque intenso ante un combativo Ademar y mantiene la imbatibilidad del Dicorpebal en el Palacio
El Dicorpebal puede sacar pecho porque mantiene su imbatibilidad en el Palacio de los Deportes. Lo que no pudo hacer el cuadro franjivino fue sumar su novena victoria consecutiva. Sin embargo, el bloque riojano logró un punto que sabe a gloria gracias a un gol sobre la bocina de Aitor García que puso el 33-33 en el electrónico ante un combativo Ademar. Cualquiera pudo ganar un encuentro de infarto y el empate puede ser lo más justo entre un Ciudad de Logroño que sufre mucho en choques de esta característica por contar con una plantilla muy corta.
La primera parte fue extremadamente igualada, en la que triunfaron los ataques sobre las defensas, aunque nunca faltó intensidad en las acciones. El equipo de Miguel Ángel Velasco, que colocó a Andrej Pergel como extremo izquierdo en lugar del lesionado Pancho Lombardi, no jugó cómodo nunca. De hecho, fue el Ademar el que impuso su ritmo, mientras que los locales se aferraban al encuentro con contragoles o la inspiración de Álvaro Preciado.
Así las cosas, cada error se penalizaba y las ventajas siempre eran mínimas. Empezó comandando el equipo leonés (4-6, m. 6) aunque minutos después el Dicorpebal pasó al frente (7-6) gracias a las primeras paradas de un Ledo que no tocó tanto cuero como acostumbra. Pero las ventajas duraban un suspiro y fue el Ademar el que cogió carrerilla (8-10, minuto 13) aprovechando algunas intervenciones del siempre irreverente y talentoso Saeid Barkhordari y réplicas del veloz Gonzalo Pérez Arce.
El encuentro se tornó en un intercambio constante de golpes. El BM Logroño volvió a remontar (16-15, m. 25) aunque la renta le duraría muy poco por culpa de las paradas de su portero y los goles de Javier Miñambres. De esta forma, se llegó al descanso con el Ademar comandando el electrónico (17-19) pero con un choque que se iba a decidir en la segunda parte.
Nada cambió la fisonomía del partido tras el paso por vestuarios. Ambos contendientes se dejaron la piel en la cancha, con aciertos y errores. Y cada fallo contaba mucho porque permitía al otro equipo tomar la delantera. No apto para cardíacos.
El Dicorpebal salió con una defensa más intensa y con un Marcos Cancio muy acertado en los primeros compases de la segunda etapa, lo que permitió al conjunto local volver a ponerse arriba en el marcador gracias a un acertado Álvaro Martínez (21-20), renta que iba a perder minutos más tarde tras dos pérdidas consecutivas (23-24).
La tensión del parqué se trasladaba a la grada. Los aficionados protestaron algunas decisiones de los colegiados en esa segunda parte mientras Logroño y León se ponían a comandar el marcador de forma aleatoria. Nada estaba sentenciado y estaba claro que el que menos se equivocara se iba a llevar el botín. Preciado, una vez más, se puso el equipo al hombro y aunque estuvo poco acertado de cara a portería supo gestionar muy bien los ataques de su equipo.
Velasco y Dani Gordo empezaron a jugar al ajedrez sobre la pista y ninguno de los dos equipos se daba tregua. Y así, con ese intercambio de golpes constante se llegó a los minutos finales. La moneda estaba en el aire y podía caer para cualquier lado.
A falta de ocho minutos, Preciado, con una acrobacia, ponía a los franjivino al frente (29-28), una renta que perdería a minuto y medio (31-32). Tiempo muerto de Velasco y Cadarso empató de penalti. La defensa llevó al Ademar al pasivo y Gordo detuvo el reloj. Tres pases tenían los leoneses y Rodrigo Pérez Arce marcó. Doce segundos por delante y el balón llegó a Aitor García para que anotara el agónico y justo empate.
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