El arte y la tierra, para quien los trabaja
Arte en la tierra. El festival de arte rural regresó este sábado a Santa Lucía después de dos años en el dique seco y con su futuro en el aire. Siete intervenciones del riojano Zorromono forman 'Umbral'
Un navío parece haber naufragado en la ermita del Carmen, patrona de los marineros que buscan en Santa Lucía la isla Utopía. Entre los chopos, como mástiles todavía en pie, restos de velas desgarradas y un caos de cabos enredados, nudos y cadenas. Cráneos de animales cuelgan del pecio, convertido en cementerio de artenautas. Fue una hermosa singladura, no siempre plácida, hasta llegar aquí. Continuar la aventura parece ahora complicado. El barco hundido se llama 'Arte en la tierra' y Zorromono ha sido su último navegante.
El festival anual de 'land art' fletado en 2003 en el valle de Ocón por Félix Reyes y Rosa Castellot, una de las iniciativas pioneras de impulso de la cultura en el medio rural riojano, celebró este sábado su décimo novena edición y quizás la última. Nació como una reunión de cinco creadores [Demetrio Navaridas, Óscar Cenzano, José Carlos Balanza, Carlos Rosales y Carmelo Argaiz] y desde entonces han pasado por él con mejor o peor fortuna un centenar de autores nacionales e internacionales, convirtiéndolo en una de las citas fijas del verano. Tras dos años en el dique seco a causa de la pandemia, esta semana ha vuelto con el apoyo del Gobierno. Pero su futuro peligra sin una financiación decidida y un relevo al timón.
-
XIX Arte en la tierra Santa Lucía de Ocón (hasta el 28 de agosto)
-
Artista Carlos Ramírez de la Concepción 'Zorromono' (Nalda, 1987)
-
'Umbral' intervenciones en la ermita del Carmen, barranco de la Virgen, monasterio Dúplice, bodega Codadillo, fuente, bodega alta y campo
-
Organizan Félix Reyes y Rosa Castellot (directores)
«Si alguien quiere continuar, nosotros estaremos encantados», dijo hace dos semanas la dibujante Rosa Castellot, esposa del escultor Félix Reyes, ambos Galardón de las Artes y la Cultura de La Rioja: «Estamos contentos de que 'Arte en la tierra' pueda volver a celebrarse y, en el peor de los casos, si tiene que terminar, que termine bien. Su continuidad dependerá de que las instituciones decidan respaldarlo definitivamente, porque el trabajo de los artistas hay que pagarlo, como el de cualquier otro trabajador».
Ver fotos
El trabajador en este caso, a diferencia de ediciones anteriores, ha sido solamente uno, pero estajanovista: Carlos Ramírez de la Concepción 'Zorromono' (Nalda,1987) ha desarrollado siete instalaciones artísticas con 'Umbral' como título común. Le inspiran «esos lugares de tránsito para reflexionar sobre lo que son, lo que pudieron ser y lo que serán». Además del bosquecillo de la ermita, ha ocupado con sus piezas otra pequeña chopera en el barranco de la Virgen, algunas de las cuevas del monasterio rupestre excavado en un cerro algo apartado, una parcela recién cosechada, dos viejas bodegas abandonadas en el pueblo y una fuente frente a la casa de Rosa y Félix.
Zorromono emplea telas pintadas y desgarradas, restos de animales, cuerdas, cadenas y materiales de desecho
ARTE EN LA TIERRA 2022
Previamente se documentó para conocer la historia y el patrimonio de Santa Lucía de Ocón. Recorrió su caprichoso trazado urbano y el paisaje agrícola para descubrir lugares diferentes en unos campos 'muy trillados' también en el sentido artístico. Habló con sus gentes, escuchó a los vecinos antes de exponerles su proyecto. Hizo los preparativos en su taller. Y, finalmente, en los últimos días ha trabajado sobre el terreno con ayuda de voluntarios de la localidad, que esperaban el regreso de los artistas. Su objetivo ha sido «reactivar el espacio patrimonial, natural e inmaterial» y que sus obras sirvan para «defender los derechos de la gente de los pueblos más allá de los clichés de la España vaciada y el reto demográfico».
'Museo del prado'
Este sábado era el día de presentar la exposición y, como tres años atrás, decenas de personas acudieron a ese otro 'museo del prado' que ha vuelto a ser Santa Lucía por una jornada (aunque las obras permanecerán hasta el 28): vecinos y visitantes, autoridades e invitados, agricultores y cultores a secas; una diversa mezcla de gentes recorrió el itinerario de 'Umbral'. La muestra completa requiere caminar varios kilómetros y echar la tarde en empaparse del aire y de la tierra y del agua y de la luz y de la oscuridad de las antiguas cuevas redescubiertas para una nueva manifestación de arte rupestre.
Con un concepto de dignificación de los materiales pobres –o de hacer más humilde el hecho artístico– que recuerda el 'arte povera' de los sesenta, Zorromono emplea telas pintadas y rasgadas, osamentas de animales y pieles encontradas en los montes de la zona, de uso ganadero y cinegético, como cráneos de oveja, espinazos de vaca y pellejos de jabalí, así como cuerdas, maderas, cadenas, todo tipo de materiales de desecho recogidos del camino y otros elaborados por él mismo mediante técnicas artesanales casi olvidadas, como el jabón de glicerina. Sus obras, mezcla de pintura y escultura, tienen algo de rito ancestral, de ofrenda y de búsqueda de lo humano y lo sagrado que conecta bien con la paradójica filosofía de transitoriedad y trascendencia de 'Arte en la tierra'.
Creación y recreación. La naturaleza y el arte. Lo divino, lo humano... y ese insoportablemente leve vínculo entre ambos estados. El alma, el ser... quizás el lenguaje. Es lo que ha explorado siempre este navío: el lenguaje en su entorno más primitivo, el paisaje, el medio y la mano del hombre. Lejos de la ciudad, de las tendencias urbanas que todo lo han acaparado, Santa Lucía ha sido un intento rompedor en el espacio y en el tiempo, un experimento, una locura manual en pleno siglo XXI. Una utopía a la que navegar sin preocuparse del destino.
A fin de cuentas, el carácter efímero de la existencia ha marcado siempre 'Arte en la tierra'. Lo escribió Juan Ramón y lo citó Carlos Rosales el primer año como un epitafio anticipado: 'Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando'. Ahora puede que vaya a cumplirse. Pero mientras tanto, el arte y la tierra, para quien los trabaja.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión