Arquitectura para bichos y reflexiones para humanos
La fotógrafa y artista multidisciplinar Alba Ruiz expone en la Esdir el proyecto becado por el IRJ 'Por el ocio de los insectos trabajadores'
Una minipista de esquí en pleno desierto de arena, un centro comercial en miniatura, un parque de atracciones liliputiense, la maqueta de una galería de arte entomológico o un museo antropológico en el que los sujetos son bichos de colección... reproducciones a escala hormiga de las megaestructuras que los humanos empleamos para gastar el tiempo y el dinero. 'Por el ocio de los insectos trabajadores' es la interesante exposición de instalaciones fotográficas que Alba Ruiz Lafuente presenta en la Esdir hasta el 13 de octubre.
«Trato de poner de manifiesto el absurdo de la pretensión humana de disneyficar el mundo a través de su arquitectura, además de una creciente dificultad para diferenciar el mundo de sus representaciones», explica la autora. Su trabajo –materializado como fotografía después de una labor escenográfica y escultórica previa–, observa la vida cotidiana para cuestionarla, siempre a través del juego, construyendo realidades simuladas que imitan el presente o imaginan el futuro próximo y, en todo caso, ironizan sobre nuestra especie.
La exposición
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Por el ocio de los insectos trabajadores Alba Ruiz Lafuente (becada por la 39.ª Muestra de Arte Joven de La Rioja)
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Comisario Carlos Rosales
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Organiza IRJ
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Esdir sala pequeña, hasta el 13 de octubre
Nacida en Logroño y residente en Madrid, Alba Ruiz es fotógrafa y artista multidisciplinar. Fue ganadora de una de las tres becas de tres mil euros de la anterior Muestra de Arte Joven en La Rioja que concede el IRJ (Instituto Riojano de la Juventud) para apoyar a los nuevos creadores.
A lo largo de este año, la autora ha desarrollado este proyecto bajo la supervisión de su tutor, el profesor y artista Carlos Rosales, quien incide en la fuerza expresiva de la propuesta y su invitación a la reflexión: «El proyecto de Alba –dice–, en el que focaliza con irónica mirada la arquitectura del posible ocio para insectos, es un buen retrato del problema al que nos enfrentamos».
Simulacro y crítica
'Por el ocio de los insectos trabajadores' utiliza a estos «como excusa», afirma ella, nos obliga a mirarnos a nosotros mismos como los miramos a ellos y propone reflexionar sobre el «simulacro» que suponen estos espacios de ocio y tiempo libre «de pago» –no hay una simple playa o un bosque–, además de hacer «una crítica sobre el impacto en el paisaje».
Las referencias que Ruiz Lafuente reconoce más próximas –tanto formales como de fondo– son el italiano Loris Cecchini y el surcoreano Myoung Ho Lee. El primero «transgrede los límites de la realidad sin abandonarla del todo» con esculturas, instalaciones, maquetas y fotografías «de un mundo posible» y el segundo fotografía árboles a los que incorpora un lienzo blanco gigante para descontextualizarlos y hacer pensar así en el paisaje y la percepción humana.
Según Rosales, «la responsabilidad y el compromiso individual del artista con la naturaleza no compensa la huella que la sociedad deja en ella, pero, quizás, pararnos a observar las reacciones de la naturaleza sea un buen primer paso para no seguir perdiéndola».
Alba Ruiz está en ese camino, como una hormiga capaz de acarrear objetos gigantescos para su tamaño y como una cigarra con el talento necesario para hacer pensar en ello disfrutando.
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